Falta un día...

Estos días decembrinos han sido de frío en el cuerpo y calor en el alma, tanto así, que he disfrutado del placer de ver a parientes que solamente saludo en los jolgorios y en los velorios, claro que apenas me vieron, ni tardas ni perezosas. mis dilectas tías, esas que ustedes ya conocen muy bien, queridos lectores, se pusieron a recordar sus tiempos pasados, que no que fueran mejores épocas, pero en esos años estaban jóvenes y bellas, y no tenían ningún achaque, con decirles que mi tía Eugenia trajo al presente el momento exacto en que Chano Chavarría, entonces presidente municipal del globero pueblo la coronó como reina de la escuela Miguel Hidalgo, fue en ese momento que mi tía Tencha, que tiene mejor memoria que todas juntas, me sugirió que porqué no hacía una selección de las mejores columnas del año; “pero no incluyas donde mencionas a tu tía Pomposa que esa nada más ha desprestigiado a la familia, por si no sabes mijito, te voy a contar que Pompi Dur, era la chica más guapa del barrio de la Cagarruta, pero también era la que más se había divertido de todas las niñas decentes del rumbo, y no que fuera pirujilla, en ese tiempo nadie podía ser demasiado obvia, pero se subía a los carros, y nadie, ni ella que era tan hermosa, podía hacerlo sin que empezaran las habladurías”, lo malo es que ya no agregó otro detalle al respecto, pero en lo que si le voy a hacer caso, es en el consejo de incluir las Guillotinas más celebradas, espacio que he denominado el top faiv de las columnas del 2009, como: “El decálogo del Abuelo”, que ya le ha dado la vuelta al mundo en la súper carretera de la ciber información, tanto así que lo han mandado como cadena de todas partes del planeta, incluso, y perdonen la modestia, ha sido traducida a varios idiomas, bueno, con decirles, amables fans, que ya tiene su versión hasta con la “efe” que es una lengua romance que sólo las personas avezadas en esto de las jerigonzas dominan a la perfección, en fin, hoy es 30 de diciembre del año de El Señor del 2009. Cuando estamos a punto de que termine una década, sigue la cuenta regresiva. Falta un día.
Este es el decálogo del que les hablé en líneas anteriores, queridos lectores, Estos si son consejos, no chingaderas. Sólo lo transcribo y no eliminaré ninguna de las palabras que puestas en su contexto original, estoy seguro, no ofenderán a nadie, porque explican y matizan el carácter y la sabiduría de un viejito norteño.
"Mira mijito, te voy a dar 10 pinchis consejos pa' que vivas bien, mírame a mí, ¡toy en la flor de la vida:
1.- Agradece por todo (no te quejes), dale gracias a Dios que estás, porque a otra bola de pendejos, ¡ya se los cargó la chingada!
2.- Cuando puedas comer, come, cuando puedas dormir, duerme, cuando puedas trabajar, trabaja, da gracias a Dios porque tienes salud. (No te estés quejando)
3.- Si en la noche no puedes dormir, pos' párate y ponte a hacer algo, porque si te quedas en la cama sólo vas pensar puras pendejadas. (De por si...)
4.- Los problemas grandotes, esos que son del mundo, mándalos a la jodida, no los vas a arreglar tú (además ni les entiendes, no te hagas pendejo), deja que otros cabrones los arreglen, tú ocúpate de los chiquitos, de esos que están en tus manos (y que a veces entiendes), atiende esos, los demás a chiflar su madre.
5.- Si te dan, agarra, todo lo que te den, agárralo, así sea un chingadazo, una bolsa de dinero, porque uno vive pensando que las cosas las genera uno, pero no sabes de qué forma te llegan, así que tú agarra y no te apendejes.
6.- No agarres lo que no es tuyo, ni el machete, ni el caballo, ni a la mujer de otro, lo ajeno respétalo, es de otro, cada quien tiene lo suyo.
7.- Lo que hagas, hazlo con ganas, con muchas ganas y harto gusto, porque no sabes cuándo te va a cargar la chingada.
8.- Cuídate de los cabrones y cuídate de los pendejos, fíjate bien como son (hay un chingo y tú tienes imán pa' estos) conócelos y nunca seas como ellos.
9.- Nunca te preocupes por lo que no tienes, cuántos cabrones que tienen todo el dinero del mundo están en el bote o pegados a un hospital; tienes algo más valioso que es tu libertad, ¡esa no tiene madre!
10.- Manda a chiflar a su madre a la muerte (¿Si me entiendes, no?) que sea ella la que se preocupe por no poder cargar contigo, y no seas tú el que se preocupe porque ya te va a llevar.