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viernes, 30 de octubre de 2009

"La Otra" empresaria

Siempre les he dicho, querido lectores, que en este país desmemoriado nadie se acuerda de nada, las mujeres que fueron de rompe y rasga, de viejas, por absurdas y patéticas, languidecen cotidianamente en olor de santidad y las que en el transcurso de su vida tuvieron un querido, de la noche a la mañana, se transforman en señoras decentes amparadas por la fingida amnesia de las dueñas de la cofradías sociales.
Esta de la que les voy a hablar es fantástica, porque finge no estar enterada de lo que los otros saben acerca de su vida y los demás aparentan no saber nada de lo que hace mientras nadie la vé, es ese juego de ponerse las máscaras a la hora del encuentro, conste que no estoy en contra de ninguna mujer, ya que aunque no parezca, yo también tuve madre y ya se sabe lo que se dice, que todas las demás son lo que son, menos nuestra progenitora y sus descendientes féminas, pero la estigmatización de cada una de las del mal llamado sexo débil proviene de una de su mismo género, es decir, que de ese mismo palo salen las astillas, porque entre ellas se despedazan, y luego le echan la culpa a la sociedad de satanizar a “las otras”.
En twitter leí a un inteligente internauta paisano acerca de un comentario de “las concubinas” y me brincó la idea de que en antaño, eran necesarias dichas mujeres para el sostenimiento del matrimonio como institución social, incluso, se les toleraba dentro del esquema familiar, y claro que los grandes hacendados o sus empleados ricos, tenían ese derecho que ejercían a cabalidad, andando el tiempo, ese “indeseable” comportamiento se fue diluyendo por la doble moral de hacer en privado lo que no se podía saber en público, pero mejor les platicaré respecto a esta señora que muy decentemente se metió con el hombre con permiso de los cornudos empresarios de sus parientes, porque como la venta de dicha mujer resultaba buen negocio para la familia, se aguantaron la vergüenza para obtener jugosos dividendos
“La Otra” fue más lista que todos, porque con paciencia y saliva, se fue metiendo al entorno empresarial de su novio y ya para cuando la esposa se enteró, bueno, la verdad es que yo considero que ya sabía la historia del enredo amoroso de su marido con la mujer, pero las señoras decentes nunca abren la boquita para reclamar lo que no tienen derecho, ya que poseen la educación generacional de las abuelas a las madres, de que: “los hombres son de la calle; las mujeres de la casa”, y de repente, ésta lagartona ya se exhibía en todos lados del brazo de su “boyfriend” al que se aferraba como un migrante del vagón del tren para llegar con éxito a su destino, por lo menos, y no quiero hacer apología de ese tipo de supervivencia, pero como es un trueque, él le daba lo que a ella le correspondía, tanto por su belleza como por su juventud; dos rubros que tienen precio sobre todo en las mujeres, nada más que hay unas que lo regalan como prueba de amor romántico y a la que me refiero en esta columna nunca tuvo un pelo de tonta, quizás, tenía buena publirrelacionista o una madre que la bien aconsejaba para sacar provecho de la situación.
Esta “otra” tiene casa propia, carro del año, cuenta en el banco y sigue siendo señorita, claro que como ya está bien introducida en sociedad, al rato se casará para legalizar su amasiato, espero que no cometa el error de unirse a este hombre, ya que con los contactos que ahora tiene puede conseguirse uno de más lana que le dé lo que éste no le ha podido dar. Ya dije.
P. D: El hache ayuntamiento anda trabajando bien para beneficio de la comunidad en el orden de la diversión gratuita para estas fiestas de día de muertos y jalouin, yo iré el domingo al panteón antiguo que me queda a tiro de piedra para ver un performance con el grupo Tayer de Nuevo León que me llama mucho la atención, así que si me ven saltando de tumba en tumba salúdenme por favor, para mayores señas ando siempre con sonrisa de oreja a oreja y la mentada de madre a flor de labios. Ya dije.

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