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miércoles, 21 de octubre de 2009

Dos clases de hombres

Mi tía Eufemia asegura que sólo existen dos clases de maridos; los mandilones y los que hacen lo que ordenan sus esposas, porque mi sacrosanta parienta a pesar de que nunca se casó por la misma razón que se casan las demás mujeres, es decir, para no quedarse a vestir a santos, pero como ella es costurera, pues eso de no tener que desvestir borrachos en la madrugada y hacerle sus túnicas púrpuras ribeteadas en dorado a san Juditas, san Cucufato y san Caralampio, le vino como anillo al dedo, además de ganarse una firulilla con sus comadres beatas olorosas a cirio pascual, que les encanta tener a sus santos patronos estrenando cada y cuando para seguirlos atosigando con sus peticiones de milagros cotidianos, pues no tuvo que sufrir la monserga de soportar a pelados jediondos a caguama carta blanca.
Antes, las mujeres, que siempre han ganado menos que los hombres por desempeñar el mismo trabajo, no le entraban a la chamba, una porque esa fue la educación que recibieron de sus ilustres antepasadas, que para mantener intacta la célula de la sociedad, se dedicaban en cuerpo, alma y chicharrón al digno oficio de “ama de casa”, incluso en las mentadas encuestas de Inegi y esas instituciones que sirven para dos cosas, escribían en el apartado de oficio, ése título que se endilgaron solas para seguir de esclavas del marido, de los hijos, de los cuñados baquetones y de las suegras huevonas, luego ya que tuvieron acceso a la educación, pues se prepararon con ahínco para tratar de resolver sus vidas profesionales con singular éxito, pero como ya llevan en los genes dicha información de hartos siglos, siempre van por la vida, con el vestido de novia en la cajuela, y no que sea mala idea casarse para que los floristas, los dueños de los salones, los padres en sus templos y los cronistas sociales, hagan sus negocios con ganancias estratosféricas por concepto de honorarios por sus servicios, claro que casadas por las tres leyes, incluso las más guapas, se deshacen de todos sus diplomas, hasta los de macramé chino y migajón australiano, para meterse de lleno a ocupar su trono de señora de su casa para mangonear al marido.
La verdad es que no porque sea mi consanguínea, pero mi tía Eufemia es una vieja sabia, y tiene razón en lo que asegura, porque igual pasa con el Venerable Ilustre Maestro de la Gran Logia Masónica Universal, que avisa a sus masones con su vocero oficial, que esa noche no podrá ir a la magna reunión que preside, porque le tocó lavar las vasijas en su casa, que con el jefe de la policía del globero pueblo que anuncia que no podrá ir a la oficina porque se quedo cuidando a los niños ya que su vieja se fue a la jugada con sus amigotas, pero eso es más viejo que caminar para adelante si ya en tiempos antiguos se cocían habas, porque dicen que Cristóbal Colón pudo descubrir América sólo porque era soltero Si Cristóbal Colón hubiese tenido una esposa, habría tenido que escuchar: -¿Y por qué tienes que ir tú? - ¿Y por qué no mandan a otro? - ¡Todo lo ves redondo! ¿Estás loco o eres idiota? - ¡No conoces ni a mi familia y vas a descubrir el nuevo mundo! - ¿Y sólo van a viajar hombres? ¿Crees que soy indeja? - ¿Y por qué no puedo ir yo si tú eres el jefe?
- ¡Cabrón, ya no sabes qué inventar para largarte con tus amigotes! - ¡Si cruzas esa puerta yo me voy con mi amá! ¡Sinvergüenza! - ¿Y quién es esa tal María? ¿Qué Pinta? ¡Y la hija de pu.. (piipppp) se hace la Santa! - ¿Y dices que es una Niña?... ¡no me vengas con esas mam..! - ¡Todo lo tenías planeado, maldito! Vas a encontrarte con unas indias pirujas.
- ¿A mí me vas engañar? - ¿Qué la Reina Isabel va a vender sus joyas para que viajes? ¿Me crees animal o qué? ¿Qué tienes con esa vieja hija de su recatoliquisima madre? - ¡No vas a ningún lado! - No va a pasar nada si el mundo sigue plano. Así que ni te vistas que no vas. Definitivamente Colón era soltero. Mi tía Eufemia asegura que sólo existen dos clases de hombres…

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