jooble.com

miércoles, 22 de julio de 2009

Reputaciones


Una distinguida amiga a la que quiero harto, me reclamó airadamente que por qué razón sigo publicando chismes en contra de la gente y le contesté que era la única manera de obtener más lectores, pero en mi descargo le solté el buscapiés, de que si acaso había leído alguna historia realmente escandalosa respecto a alguien en especial, y no me supo responder con certeza.
Lo que ocurre es que no quiero volver a pasar por lo mismo que antes, si ya se sabe lo que se dice de las reputaciones ajenas, que cada quien es dueño del destino que le corresponde vivir, porque para empezar en este pueblo globero no hay mucha tela de donde cortar a menos de que se hable del empleado ratero que por sus polainas le robó a su compadre del alma, y es que aprovechando una penosa enfermedad del susodicho, que quedó en calidad de lechuga orejona, es decir como vegetal, le hizo firmar varios papeles en los que decía en letra chiquita que si algo le pasaba a cualquiera de los dos, el otro se quedaba con todo, lo raro de todo esto es que el ladrón nunca puso capital para apuntalar dicha empresa aduanal.
O de la señora que se unió, algunos dicen que por puro amor puro, a un hombre poderoso que le puso un palacio a la orilla del río y le inyectó dinerito sano a su alicaída empresa, es más que hasta el nombre le cambió, de un jueves para un viernes, de la mañana para la tarde, pero como les da eso que se dice amnesia selectiva, olvidando sus pecados, lo que les cuesta trabajo procesar en el tamiz de su juego de doble moral y al rato se santifican, aunque en el fondo saben que siempre están a un paso del patíbulo del chisme, lo malo es que se llevan entre las patas a gentes honorables que por buenas personas se creen de las argucias de este tipo de mujeres que son más largas que la carretera de Matehuala.
Ya sabe lo que se dice de los eunucos que cuidan las reputas situaciones de las mujeres de otros, que, o son del otro partido, o de plano son asexuales, o son empleados a sueldo de algún señor poderoso que dejan a la zorra cuidando el gallinero a sabiendas que no le gustan las gallinas, nada más los huevos…
Dice un editorialista en su denuncia a medias, como si imitara mi estilo de decir las historias sin nombres, respecto a un funcionario del gobierno de nuestro jolivudense gobernador Eugenio Hernández Flores, que radica en Vicky Ranch, que regala becas a colegios privados a sus hijos, sobrinos y ahijados, pero lo que no me parece correcto para los lectores de este Líder Informativo es que si sabe los nombres y tiene documentos que lo comprueben, que lo haga de esa furtiva manera, porque en nuestro periodismo vernáculo hay tan pocos que se atreven a darle patadas al pesebre, que si aunque fuera uno solo el que hiciera periodismo serio de investigación para denunciar a los malos políticos, este gremio se salvaría de la quema.
Es que resulta que todo está muy bien en Dinamarca, que en los gobiernos, dependencias y oficinas del estado que dormita a la margen del río, se desenvuelven puras blancas palomitas, que ninguno es capaz de cometer un delito menor, y cuando alguien se atreve a abrir la boca de más en los medios de información, los empleados de los ciudadanos de este globero pueblo, empiezan a darles de sombrerazos a los colegas, como si con eso se pudiera evitar que flote la corrupción y las componendas entre el ayuntamiento y algunos prestadores de servicios.
Este domingo, La Culta Dama, una preciosa amiga a la que siempre he querido, pero sobre todo, admirado por lo que ha sido, es y representa para este pueblito olvidado de la mano de Dios, siendo que antes era la tierra de Dios y de María Santísima, ha escrito una historia muy buena acerca de un viejito rabo verde que sacando juventud de su cartera dejó a su esposa de muchos años para casarse con una jovencita a la que le tripletea la edad, pero como es mi columnista huésped y soy buen anfitrión, dicha narración estará incluida en la sección Gala que dirige Gabi Hinojosa y co edita Elvita de la Garza. Ya dije.

No hay comentarios: