lunes, 27 de julio de 2009
El re brote
Lo dicho, ahora resulta que el secretario de salud de nuestro pauperizado país, ha dicho que todo esto del re brote (que palabra tan fea) del virus de la influenza porcina, ya que ha dado la vuelta completa al mundo, que pegó con tubo en Chile (me refiero al país), a la aristocrática república de Argentina, a narcoColombia, a tangaBrasil, en fin, a todo el cono sur, ya viene de regreso a la bendita tierra que lo vio nacer, y al tarugo de José Ángel Córdoba Villalobos, quien entre otras linduras fue diputado del grupo parlamentario del PAN en la LIX Legislatura del Congreso de la Unión de México, que inició sus funciones el día 1 de septiembre de 2003 y concluyó el día 31 de agosto de 2006.
En ella presidió la Comisión de Salud en la LIX Legislatura, así que ya se sabe de dónde le viene su ineficacia para tratar el delicado asunto de la gripe que afectó no sólo la salud pública de los desgraciados paisanos que tuvieron la mala fortuna de haberse contagiados por este bicho que vio la luz primera en México, sino también la economía de los chilangos pero también de los centros turísticos que en una temporada estuvieron vacíos , y ahora, conste que no es de mi cosecha dicha información, si eso ya se podía prever, hay una nueva oleada creciente de infectados, claro que el chómpira de Córdoba Villalobos se ha curado en salud diciendo que todo ocurrió así, tan rápido porque no se siguieron las instrucciones exactas para prevenir la cadena de contagios en el territorio nacional, quesque porque él ya había recomendado que no se bajara la guardia, pero cosa de amnésicos absurdos, a los encargados de la salud de los mexicanos, se les olvidó poner jaboncito en los baños de los hospitales en los que si no hay ciertos protocolos de higiene, es decir, los mínimos cuidados que se requieren para no enfermarse de diarrea.
Y que me perdonen estos hijos de Hipócrates que como son políticos, creen que con desbordarse en verborraicos discursos, ya con eso, toda la jauría de microorganismos nefastos, detendrán su paso avasallador solamente porque estos cabrones anuncian ante un micrófono con los reflectores de los medios difusores de información que la vida vuelve a la normalidad, en ese entonces, precisamente el 23 de abril del año que corre, don José Ángel Córdoba, anunció: Estamos ante la presencia de un nuevo virus de la influenza, lo cual constituye una epidemia respiratoria hasta ahora controlable, cuyos síntomas son: fiebre superior a 39 grados, que se presenta de manera repentina, tos, dolor de cabeza intenso, dolores musculares y de articulaciones, irritación de los ojos y flujo nasal.
Vale la pena mencionar que el número de casos no ha crecido en comparación a los presentados en días previos. Los casos se han registrado particularmente en el área metropolitana de la Ciudad de México.
Y luego de ese anuncio, se dieron a conocer las medidas atingentes que habrían de tomarse en caso de corroborarse la enfermedad, para no contagiar a otros, una de las más chistosas, fue que todos se deberían de cubrir la nariz y la boca al toser o estornudar. Solamente faltó que recomendaran que si acaso tenían mocos pues que por favor no se los embarraran en la chompa porque aunque es una sustancia viscosa no se puede utilizar como gel, a menos de que no haya otra cosa a la mano para amansar los pelos necios de los huercos.
Dicen que en el sur, ya se sabe lo que se dice de esas zonas paupérrimas de nuestra nación, que un día no tienen para comer y el otro tampoco, así que mucho menos van a tener para comprar jabón, que esos son lujos que se pueden dar el día de su bautizo y luego en su fiesta de bodas, que por aquellos solares donde la selva es cuna y sepulcro, todavía no se ha civilizado por completo, y que hay noticias que ni siquiera les llegan, que no hay ni telera, que todavía se enteran de lo que ocurre en México, con carretones de sonido, como cuando el municipio globero local anuncia sus eventos en las plazas públicas.
Total que tal como ya se había anunciado, la segunda ola ya está causando gran mortandad en el sur, lo bueno es que en el norte estamos más protegidos porque al menos aquí si comemos con manteca, pero lo malo es que nuestras autoridades de salud son bien chafas, pero lo bueno es que ya se fue Campbell que no curaba ni de empacho a los hijos de los empleados a su cargo, a ver si este nuevo que no sé ni su nombre, se le ocurre hacer algo para que tengan jabón los lugares públicos como los cines, los bancos, los restaurantes, o ya de perdis, las clínicas de los seguros y los hospitales.
Claro que lo ideal sería que hubiera medidas de higiene en todos lados para matar los virus pero como ya se sabe que eso es imposible, es como pedirle a la Guadalupana que bajara aquí al solazo en pleno mediodía y no al Tepeyac que ahí si está fresquito, en fin, roguemos a Dios y a san Caralampio bendito que es el santo al que uno se debe encomendar en esto de las pestes para detener su avanzada, y ya de pasadita, roguémosle que ya se acabe de una vez por todas, la mentada peste pero que también ya no nos dé el PAN nuestro de cada que tanto daño ha hecho al país. Así sea.
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1 comentario:
Chico, pero al menos allá dan algunas indicaciones, aquí, en Venezuela, todo es un misterior. Y no me extrañaría que las medidas de contingencia sean entregar estampitas de José Gregorio Hernández para que cuide de cada quien. Porque sí es por planificación inteligente... Hummm.
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