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miércoles, 8 de julio de 2009

Adiós a Maikol


Una de sus enfermeras de confianza dice que Maikol Jackson le pidió que le administrara una potente droga para poder conciliar el sueño a lo que la estoica profesional de la medicina se opuso rotundamente y luego su dermatólogo Arnold Klein ha declarado a los medios difusores de información que un par de días antes de su muerte, lo visitó en su consultorio que se veía tan vigoroso con sus 42 kilos de peso, que hasta les bailó unos pasitos muy a su estilo, pero jura que jamás le prescribió un sedante que se dice, se rumora, se comenta, que fue el que terminó matándolo, además de las píldoras que consumía habitualmente para paliar sus supuestos dolores musculares, y es que el rey del Pop era adicto a ese tipo de medicamentos que lo hacían volar pero que bajo esos efectos no podía dormir tan fácilmente, así que requería otro, para bajarse de la nube en que andaba, pero ya saldrán los resultados de la autopsia y como están hechos con las sofisticadas técnicas de la avanzada ciencia forense de los gabachos, de seguro va a salir hasta lo que comió durante todo el mes, aunque dudo mucho que lo hagan público, porque tampoco es obligación de las autoridades gritarlo a los cuatro vientos, si realmente a sus parientes son a los únicos que realmente les interesa, a los demás, solamente nos mueve el morbo por conocer los detalles de cómo pasó su repentina muerte, si esa súper estrella vivía en una burbuja aséptica libre de cualquier tipo de gérmenes, incluso por muchos años se especuló que dormía en una cámara hiperbárica en la que se le suministraba oxígeno para detener el envejecimiento de las células.
Maikol tenía una persistente fobia a la vejez, pero también a su piel negra, así que hacía todo lo posible para retrasar los dos procesos naturales, y es que aunque a él no le gustaran sus orígenes africanos, era inevitable que su herencia genética aflorara en todo su esplendor, por tanto, necesitaba de la ayuda médica para pausar el desgaste orgánico propio de los seres vivos, es cierto que al final ya no tenía un solo rasgo físico con los que nació, es decir, de la enorme nariz abultada, le dejaron un apéndice chiquito, como la señora cachetona de nuestro pueblo a la que muy apenas se le ve naricita luego de someterse a una radical cirugía que casi la deja sin oler el mole de todas las fiestas, lo raro es que ella ni se las huele de que luce horrenda con facciones como de perro pug chino, y es que los cirujanos plásticos patitos son muy dados a engañar a sus pacientes asegurándoles de que la cara les quedara como Lucía Méndez en sus mejores tiempos y luego les dan matarili tasajeándolas como con machete, yo por eso cuando necesite un retoque, que gracias a Dios y a Sanmiguel bendito todavía no lo requiero, voy a buscar al mejor del pueblo que por razones obvias me reservo el nombre pero que ya está implícito entre líneas, y pediré que me diga la verdad aunque sea dolorosa y es que luego de pasar por el quirófano, hay algunos y algunas que ni su mamá los reconoce.
Eso fue lo más notable de su homenaje de cuerpo presente, que de Maikol el chiquillo negro que empezó su carrera con sus hermanos que tenían cabeza de sobaco rascado, no quedó nada, porque en 1982 cuando era el artista Pop del momento con más de 50 millones de discos vendidos, todavía se le veían facciones negroides pero era un negro atractivo, no que luego le fue quedando la cara como a la señora pueblerina que mínimo ha de tener unos 66 años, con piel de papel maché, casi marchita, y los ojos se le fueron desorbitando de la calavera como perico huasteco de lengua negra, y es que dicen que el sueño de toda su vida era parecerse idéntico a Diana Ross que era su álter ego, y ni siquiera fue trasunto de la diva negra , ella si guapísima y lo que le sigue, Maikol terminó siendo una mala caricatura de la hermosa cantante que por cierto no acudió al homenaje que se le rindió al rey del Pop pero si mandó un mensaje que se leyó esa mañana en el teatro, pero bien dicen que no se puede tener todo en la vida y que Dios no cumple antojo ni endereza jorobados, en fin, que descanse en paz, si su conciencia se lo permite, que ya se sabe que ante el ojo que todo lo ve nadie se escapa de su juicio, aunque parezca que a veces, los ruines se puedan salir con la suya, yo estoy seguro que cada quien recibe su justo castigo y nadie escapa de su destino, ni aquí en la tierra, pero mucho menos en el cielo. En Dios confío.

1 comentario:

Radiante dijo...

Ja ja es tremendo y muy cierto me encanto de verdad.