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lunes, 27 de julio de 2009

La Mala Educación

Siempre he considerado que la educación contemporánea es como la colcha que zurce la abuelita, de cientos de pedacitos de telas, y es que conforme avanza el tiempo, un padre que algún día fue hijo, le permite a su vástago lo que él siempre quiso hacer, por citar alguna nimiedad, acostarse a las diez de la noche o comerse un litro de helado, a eso se le va sumando lo que a otro padre no se le permitió hacer en su infancia o juventud y así nos ha ido a todos, porque ahora los hijos se sienten que tienen puros derechos y no conocen los deberes, pero al parecer ya no hay marcha atrás.
Yo me acuerdo que cuando había gente extraña en la casa, mamá nos gobernaba con la pura mirada, ni siquiera eran necesarias las palabras, el hecho de un simple parpadeo imperceptible para los demás, significaba que saludáramos a los presentes y ya se sabía como por decreto imperial que la hora de llegada a la casa, no era NUNCA después de la ocho de la noche y que cualquier ley que se quebrantaba era digna de una reprimenda ejemplar, pero eso dependía de la gravedad del asunto.
Ya lo he citado de manera frecuente en mi columna, mamá era una Generala, muy hermosa pero tenía carácter para hacer cumplir sus leyes, y ríanse ustedes queridos lectores de las que no se hacen cumplir en nuestro país, aquí si había penas y castigos, no había con que: "es el hijo de un amigo ". Lo raro es que mamá nunca nos puso la mano encima, es decir, naturalmente que nos daba pellizcones, coscorrones o nalgadas cuando la circunstancia lo ameritaba, pero me refiero a que ya se daba por hecho que la que mandaba ahí era ella y nadie más, que en su preciosa persona se cumplían los tres poderes: el legislativo, el ejecutivo y el judicial, o que en su bellísimo ser, encarnaba a la Santísima Trinidad; la madre, la hija y “la viryin Meri”, lo que decía Su Graciosa Majestad, esa era la última palabra, pero nos daba libertad para elegir, eso si tengo que reconocerlo, mi amá no era como el PRI en Tamaulipas, que en sus arengas proselitistas presumen de que son demócratas, pero unos días antes de las elecciones recogen las credenciales de elector de sus seguidores para fotocopiarlas, al menos eso se hacía cuando mi hermana Alma andaba en esos P2 con Las Conseguidoras de votos para que no hubiera fugas de amorosos ciudadanos que si los dejan a su arbitrio, no fuera a ser la de malas que eligieran a otro partido, y es que mi sacrosanta jefecita no era como la Bernarda Alba de García Lorca, bueno, la verdad era la que gobernaba nuestras vidas, y ahora, a la distancia del tiempo, cuando ya los años han realizado su trabajo de filigrana para destrozarnos a todos hasta el modito de andar, quienes fuimos educados a la antigüita sin esas chimistretas inventadas por los educadores de la nación, que por desgracia han caído en las garras de la modernidad, que emplean los imprácticos métodos de que a los niños no se les regaña, que se les debe orientar, que los golpes no son la mejor opción para educar, que la letra no entra con sangre sino con la dulzura de los besos y la ternura de la melcocha, y por lo visto esos conceptos de enseñanza han servido para dos cosas, porque los huercos actuales son bien cabrones si se les deja tomar la iniciativa.
Van a decir que estoy bien lurias pero el tema de esta columna no era para publicarse, sino la respuesta a un correo electrónico a don Raymundo Ríos Mayo el inefable hombre que por amor a nuestra historia paisana se dedica con ahínco a realizar labores de recopilación de datos para que nuestro pueblo globero no pierda su memoria, y es que si no existieran registros de lo que ha ocurrido en el solar porteño, por lo menos en los años recientes, se corre el riesgo de repetir los mismos errores.
Lo malo, ya se lo había comentado anteriormente a don Raymundo, porque esto de la educación hacia el interior de nuestros hogares es un prurito que no nos deja dormir a los seres pensantes, es que la educación en nuestro país está en manos de un magisterio pelele gobernado por la horrenda Elba Esther y aunque hay que reconocer que es responsabilidad de todos, los autores intelectuales de la anémica enseñanza siguen impunes a un ejemplar castigo, incluso ya hicieron partido propio, el mentado Panal, pero ya se sabe lo que se dice que nada es para siempre y reinados más grandes, más altos y más poderosos, han caído de la noche a la mañana, así que nadie se encariñe con la silla que calienta.
En fin, pero también hay buenas noticias en Dinamarca, ganó la selección de futbol cinco goles a cero a su similar de Estados Unidos y diré como me dijo mi tía Tencha a la hora que le mandé mi blog en el que publico una foto de funcionarios adentro del tubote del colector…. ¿y por qué no le floshaste?
N. del redactor: para los que siguen esta columna en los países de extranjía, en el lenguaje híbrido que se usa en nuestra frontera con los gringos, que se le ha dado en denominar, spanglish, “floshar” es jalarla la cadenita al toalet, bajarle al baño, liberar a Uili o dicho en castellano más claro, que lo que no sirve que se vaya por el caño. Ya dije.

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