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sábado, 11 de julio de 2009

El Piojo y la Ardilla


De joven, cirquera, de primera dama, maromera y de vieja, payasa, ahora si como dice mi dilecta amiga La Culta Dama: “!Horror al Crimen!” resulta que Marthita Sahagún que Dios la perdone por sus nefastos crímenes de lesa humanidad en contra del pauperizado pueblo mexicano, acaba de vestirse de novia para casarse por las leyes de Dios y por lo visto, la iglesia católica es de moral distraída y actitud convenenciera, porque aunque le metieron pleito en el 2008, argumentando que nuestro inefable PresidenChente tenía graves problemas de trastornos de personalidad, y como los príncipes romanos y re monos de El Vaticano son taimados como indios chamulas, naturalmente que le otorgaron la anulación de su lazo matrimonial con Lilian de la Concha, pero se sacaron debajo de la purpurada sotana, una sorpresa.

El informe advierte que el ex presidente padece “serios trastornos sicológicos” que le impiden volver a contraer matrimonio religioso. No sin un permiso expreso de la jerarquía católica. Y ahí está el negocio de las esferas aristocráticas de nuestra amada iglesia que cuando se trata de defender a los ricos, inmediatamente recurren a sus marrullerías evangélicas y si sus baterías espirituales desean defender a una piruja poderosa, rescatan de entre líneas de la biblia, el pasaje de la famosa prostituta que le ponía los cuernos al marido, por si alguno de ustedes, queridos lectores, no se acuerda de ese capítulo de las Santas Escrituras, yo se los traeré a la memoria, y es que para retar al Mesías, los chismosos de los letrados y los fariseos le traen una mujer sorprendida en adulterio y, colocándola en medio, le dijeron: “Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. La ley de Moisés nos manda apedrear a las adúlteras. Tú, ¿qué dices?”

Cizañosos, le preguntaban esto para comprometerlo y poder acusarlo. Pero Jesús, inclinándose, escribía con el dedo en el suelo. Como insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo: ”El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra.

E inclinándose otra vez, siguió escribiendo. Ellos, al oírlo, fueron escabulléndose, uno a uno, empezando por los más viejos, hasta el último. Y quedó solo Jesús, y la mujer en medio, de pie. Jesús se incorporó y le preguntó:

“Mujer, ¿dónde están tus acusadores? ¿Ninguno te ha condenado?”, mustia y cínica, con su vocecita dulce como de ardilla de caricatura, ella contestó: “Ninguno, Señor”. Jesús dijo: “Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más”. Pero lo que falta de esa historia ya se consigna en las revistas especializadas del jet set tenochca y por lo visto nadie le tiró piedras a la radiante novia que según sus vecinos del rancho san Cristóbal, ellos nada más oyeron gritos de ¡Vivas! a la hora de que tiró el ramo a sus amigas de doble copete entre las que se encuentran las integrantes de las pudientes familias que recibieron jugosos contratos en el sexenio Foxista y es que esa parte lóbrega de nuestra historia nunca se nos debe de olvidar para que no volvamos a cometer el mismo error y aunque tampoco Beatriz Paredes es santa de mi devoción, ésta por lo menos no esconde bajo la falda lo que ya sabemos todos lo que le cuelga, y es más fácil que la que se echó al plato a Germán Martínez que por lo que se vio debería de estar en el partido verde hasta que madure como político, sea la que designe al próximo presidente de México por el PRI que los masiosares panistas azules como ojera de mujer, según describe tan celestial color la inspiración del flaco de oro.

Dicen que Marthita le llevó el ramo a la virgen para que bendijera su matrimonio y he aquí la falsedad de algunos católicos que con doble moral critican lo que ellos mismos hacen, porque se casan dizque hasta que la muerte los separe por sus leyes divinas, y luego se vuelven a matrimoniar como si pudieran engañar al Dios en el que creen, yo que don Norberto Rivera Carrera arzobispo primado de México les hubiera prohibido que se casaran porque esos sainetes que son burdas parodias de comparsa de carnaval hacen mucho daño a la fe de las personas, porque yo me acuerdo que cuando mi abuelito Pancho se estaba muriendo , y él, que era un devoto creyente en la santa institución, además en su época un decente y próspero comerciante frutero, así que diezmaba al santón español que tanto veneran los que recibieron prebendas de sus beatas manos para firmar como prestanombres de los bienes que se compraron con las limosnas de los incautos católicos, y en los estertores de la muerte, mi sacrosanto pariente de donde provienen mis aristocráticas raíces, pidió la presencia de su confesor de cabecera, pero el malhadado sacerdote se negó a viajar a la casa de mi abuelo para darle los viáticos espirituales de los santos óleos para bien morir, por esas burradas de la católica iglesia, los mexicanos cada vez más se están convirtiendo al cristianismo, menos yo, porque eso sí, podré ser todo lo cabrón que ustedes quieran, queridos lectores, pero no doy bandazos como algunos políticos que se duermen azulitos y amanecen amarillos que no es feo color pero ya está pasando de moda, ahora lo nice es ser tricolor como nuestra bandera, así que moriré siendo católico como el padre Pro, como la madre Conchita y como José de León Toral que dicen mato a Obregón en nombre de Dios para salvarnos a todos de la catástrofe, a ver si éste si resucita porque nos hace falta un católico patriota que venga en nuestro auxilio.

Post it. La mesa de regalos de Marthita y Chente está en Palacio de Hierro, lo digo, por si alguien quiere mandarle un presente a los recién casados.

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