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miércoles, 18 de mayo de 2011

Los Borgia

No hay otra alternativa que asomarse a las buenas lecturas, digo, si lo que se desea es aprender nuevas palabras para procesar ideas, aunque es cierto que hay algunos güevones que son merodeadores de diccionarios, pero ese pequeño detalle se nota a la hora de redactar, y es que los vocablos se perciben forzados, por ejemplo, miren ustedes, que leyendo uno de esos libros amarillentos, me he enterado que simonía es una palabra que explica la compra o venta deliberada de cosas espirituales, pero no son indulgencias, que esas, desde tiempos inmemoriales, se han comprado, el contexto en el que lo leí, fue la biografía novelada del Papa Alejandro VI, cuyo nombre real, Rodrigo Borgia, apellido que tuvieron que italianizar para poder entrar en el agrado de los católicos, que jamás han visto con buenos ojos que otros hombres santos, se colaran a la santa sede, y leyendo la abracadabrante historia de los Borgia (Borja), todo lo que sabe actualmente del clero, es una caricatura al lado de estos sanguinarios españoles oriundos de Valencia, miren ustedes, queridos lectores, como habrá sido la perra de brava que hasta los de la casa mordía, resulta que estos Borgia mataban a cualquiera que se les atreviera a ponérseles enfrente, ríanse de los mafiosos de Chicago o de los sicarios mexicanos, estos, no se tentaban el corazón, además, siempre con nuevos métodos para no dejar huella, por ejemplo, le dieron matarili al cardenal Orsini, que fue quien acusó al patriarca de dicha familia de simonía, pero ya se sabe como son estos curas investidos en la dignidad de príncipes de la iglesia, traidores, mustios y cínicos, pero así como eran de crueles, los Borgia también se constituyeron en mecenas de grandes artistas de la época, incluyendo al genial Miguel Ángel, pero de muchos otros que construyeron bellos edificios o crearon deslumbrantes obras plásticas que hasta la fecha siguen maravillando al mundo por su perfección, como ha ocurrido, y sigue ocurriendo, en muchas familias, estos Borgia se cogieron cariño unos a otros, de hecho se dice, se rumora y se comenta, que Lucrecia Borgia se enredó con sus hermanos y con su papá, pero ella se cuece aparte, ya que amén de piruja, era una mujer sin principios, ni moral, fíjense ustedes, asiduos fans, a lo que me refiero, esta mala pécora, tuvo un hijo con su padre y otro con su hermano, el despiadado César, pero eso no fue todo, sino que asesinó a varios de sus amantes, que cuando se fastidiaba de ellos, en lugar de mandarlos al programa de la señorita Laura, les echaba veneno en los frijoles para que dejaran de estar chingando, pero les comentaba en líneas anteriores que estos Papas de Roma, han tenido tantos escándalos a lo largo del devenir del tiempo, que eso que se atribuye actualmente a los sacerdotes pederastas, es cosa de niños, antes, muy antes, cuando la iglesia católica, era la dueña del mundo y galaxias circunvecinas, había una arrebatinga peor que la del PRD con eso del candidato para el 2012, y es que, en ese entonces, todos diezmaban a favor de la poderosa religión que por muchos siglos dominó a la humanidad, ahora, ni siquiera nuestro taquero espiritual Monseñor Rivera, puede sentirse plenamente autorizado en sus feudos de hacer o deshacer, acuérdense que este príncipe de la iglesia, se ha dado a la tarea de politizar sus sermones dominicales para arengar como si fuera pariente de la máistra Elba Esther, y el blanco perfecto de sus ataques es Marcelo Ebrard, al que ya le entregaron la presea como el mejor alcalde del mundo, y es que se lo echó de enemigo no tanto por haber dado su apoyo a los gays en sus demandas de justicia social para contraer náuseas bajo legítimo matrimonio con todas sus prerrogativas, sino porque le negó otros favores para su personal beneficio, en fin, que por lo que ve, esto de la corrupción, en el caso de la iglesia se le denomina simonía, no acabará nunca y seguirá la mata dando. Ya dije.

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