Agua con Cloralex

En estos días de intenso calor se antoja echarse un chapuzón, pero no en el contaminado y peligroso río Bravo, que en sus riberas, se esconden, entre la maleza, los malvivientes que asuelan esos verdosos parajes, mucho menos en El Laguito, que allí no es sitio para lanzarse al lecho acuoso, a veces, se me ha antojado tener una fuente en mi casa, pero con eso de que tengo un metro cuadrado de patio, pues ni modo que le haga un agujero aspersor a la manguera para andar chacualeando como perro de aguas, además esa sería la única posibilidad de poder lograr mi deseo, por cierto, dicho sea de paso, le aviso al gerente de la Comapa, Carlos Montiel Saeb que el agua que sale del grifo, tiene mucho cloro, a mi tía Pomposa le ha hecho mucho daño, lo que ocurre, es que a mi sacrosanta parienta no le gusta ninguna agua purificada, y a veces, había estado rellenando sus cántaros en los dispensadores de agua, esos que están en diversos estanquillos de franquicia, pero en una de tantas que fue el cántaro al agua, que le salen gusanillos, pero no crean que enormes, si tampoco eran tamaño Godzila, sino bichos medianillos, le dio tanto asco, que juró jamás volvería a hablar mal del agua de la llave, naturalmente que desde ese instante dejó de comprar agua contaminada de los rotoplas comerciales, pero ahora, me ha dicho que, el vital líquido de la Comapa huele a puro cloralex, por supuesto que a la señora Pompi (así le decimos de cariño toda la tribu) se le corrió todo su tinte rubio cenizo claro cobrizo con destellos luminosos de L’oreal, la pobre parecía como si le hubiera caído encima el payaso regalito, quedó peor que un platón de cerámica de talavera, ella le echa la culpa al exceso de cloro del agua, que antes, muy antes, era motivo de orgullo de los lugareños, me acuerdo que mi abuela Ponciana, orgullosa, decía, cuando venían de visita a la casa, la parentela de Saltillo, Coahuila, los Castañeda Guevara… “si toman agua del río Bravo se van a quedar a vivir aquí en Laredo o van a regresar pronto”, pobrecita de mi Nona (así se dice abuela en italiano), si supiera lo fea y nauseabunda que está la pinche agua de ahora, se volvería a morir de la vergüenza, lo que pasa es que no es lo mismo el Sistema de Agua y Saneamiento dirigida por hombres brillantes, inteligentes y cautos, que la Comapa, reducida a una sala de espera política, cuyo gerente, el que sea, no me refiero precisamente a don Carlos Montiel, a quien no tengo el gusto de conocer personalmente, se mantiene en el puesto con la esperanza de alcanzar con éxito su objetivo principal que es sentarse en una silla poderosa, les advierto, queridos lectores, que seguiré pensando lo mismo, a menos de que, alguien me convenza de lo contrario con argumentos sensatos, supongo que para un complejo saneador de H2O se requieren ciertos estudios de biología, química y demás disciplinas que se refieran a la potabilización del agua, con el evidente mejoramiento del servicio de distribución, sucede que a estos buenos para nada, se les ha ocurrido que echándole chingos de cloro, pues así se evitarán enfermedades gastrointestinales, lamento informarles, que no es así, que la sustancia química mata todos los bichos, pero es perjudicial para la salud, si fuera tan inocuo el efecto sobre el organismo humano, también nuestros primos de Laredo, Texas, le vaciarían varias toneladas a sus depósitos de agua, pero no es así, ya que ni siquiera sabe a cloro, es más, tiene un mejor sabor que cualquiera de las aguas dizque purificadas que venden en el globero y tierrero pueblo, por cierto, a ver si alguno de nuestros avezados reporteros investigadores sea aboca a la tarea de mandar analizar la de la Comapa, pero también las otras, las que venden a precio de oro en todas las tienditas de conveniencia y de autoservicio, en esos análisis se conocería su contenido y todos saldríamos de dudas, en fin, por lo pronto, los insto a que ya no le echen tanto cloro, que hasta las plantas se secan cuando uno las riega con tan nefasto liquido y ni mis perros se la quieren tomar, que dicho sea de paso, ellos beben evián. Ya dije.