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viernes, 19 de noviembre de 2010

Las nostalgias y el frío

Mamá decía: “ande yo caliente, ríase la gente”, la frase era acompañada de una mentada de madre anticipada a los que osaran burlarse de su estrafalaria vestimenta, no sé si el dicho lo aprendió de alguien más, supongo que sí, porque era muy dada a usar adagios para toda ocasión y esa sabiduría me la heredó junto con otras recetas para vivir mejor, yo que siempre he vivido pendiente de las opiniones ajenas, me decía que no le podía dar gusto a todos, que la gente hablaba por hablar, por tener algo que decir.
Mi primo hermano Arnulfo Alonso Lima, me envió un correo electrónico para emitir un justo reclamo respecto a la comida de mi amá, y tiene razón, ya que la autora de mis días, a la que, por obvias razones, yo era, como decía doña Naborita de Gordolfo Gelatino, su “espejismo del Sahara”, tenía una sazón indescriptible, pero además, su ingenio a la hora de cocinar, era tal, que inventaba guisos con tan buena suerte que todos eran exquisitos, tal vez, dirán ustedes, queridos lectores, que al mencionar a mi sacrosanta progenitora, soy demasiado exagerado, pero les aseguro que nunca, al menos, no, de manera intencional, he inventado cualidades a quien no las tiene, quienes me conocen bien, pueden dar fe y testimonio de que puedo ser muy brutal al decir la verdad cruda y sin ambages, tal vez, esa sea una de las peores características de mi personalidad, que no suelo callarme ante nadie que pide mi opinión sincera y jamás digo algo bueno de ene persona, si ésta no es recipiendaria de dicha virtud, les decía que al recibir ese e mail de Arnulfo, se me salieron las lágrimas de pura nostalgia, al recordar las santas manos de mi madrecita bohemios, que eran chiquitas y que nunca fueron muy acariciadoras, pero una de las mejores formas que doña Juanita tenía para decirnos cuántos nos amaba consistía en las reconcentradas dosis de ternura que le añadía a sus comidas, claro que sus hijos la amábamos con todo nuestro corazón, pero también sus sobrinos Pancho y Arnulfo quienes no sólo la quisieron (y la siguen queriendo en su recuerdo) sino que la respetaron hasta el último día de su deslumbrante existencia, además, a ellos, como a casi todo el barrio, les tocó comer en su generosa mesa, que siempre estaba dispuesta con ricas viandas de menú sencillo, en fin, y yo de lo que quería hablar en la presente Guillotina, era del frío, y ya ven por donde me fui, asiduos fans, han de perdonar el llanto y el moco de estos flashbacks en sepia, pues ya ni modo, pero antes de finalizar la columna, les aviso que ya se nos vino encima el frío, así que hay que sacar las chamarras y las bufandas, y si no tienen nada mejor qué hacer, pues mejor quédense encerrados en sus casitas, según el Sistema Nacional de Protección Civil (Sinaproc) se nos vendrán heladas para una gran porción del país, espero que aquí no haya muchas bajas entre los viejitos, que son los más susceptibles a enfermarse de un aire encontrado o los niños que también cómo andan en la calle pues pescan toda clase de virus, en fin, pues no queda de otra más que tomar las convenientes precauciones para luego no sufrir las consecuencias
El frente frío número ocho mantendrá vientos de 40 a 55 kilómetros por hora y olas de 2.0 a 2.5 metros en zonas marítimas y costeras del Golfo de México, efectos que se intensificarán en Tehuantepec, con vientos fuertes en el Istmo, ya sé que estos pronosticadores del clima, se equivocan siempre, y eso que tienen todos los aparatos, pero el que nunca le falla cuando dice que va a llover o hará frío, es mi papá, y dice que mejor hay que sacar las colchas y los jorongos, porque unos días van a estar sabrosos con buena temperatura, pero la mayoría serán frescos tirándole a muy helados y lo más seguro es que llueva porque andan las hormigas haciendo sus molcajetitos. Ya dije.

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