La demanda de Cuauh

Los temas que puedo tocar en La Guillotina son tan variados que, a veces, me asombro de tener tanta tela de donde cortar, y es que, antes, solamente podía despotricar contra cualquiera que se me interpusiera en el camino, porque no se si se acuerdan ustedes de mis inicios en el dificil mundillo periodístico del globero pueblo, pero me ocupaba de temas ver gonzantes para los protagonistas de las historias, claro que en esa época yo era el único que podia hacerlo, ya que, además, era tan teme rario, por joven e inexperto, que consideraba que nada malo me podia pasar, naturalmente que, ahora puedo confesarles, queridos lectores, que muchas veces estuve a punto de ser va puleado por maridos ofen didos, alguno que otro llegó a presentarse a El Diario enseñ ando los fierros como que riendo pelear, bueno, es verdad que nunca he tenido miedo mo rirme, pero tampoco ninguna prisa y al enterarme de que en la recepción de las oficinas había uno de esos locos que quería lavar con sangre las afrentas conferidas por mi pluma de doble filo, pues ponía pies en polvorosa para huir por la salida de emergencia, mientras alguno de mis solidarios compañeros le hacían frente tratando de explicar lo que yo siempre he comentado: “un hombre sin cuernos es un animal indefenso”, esos fueron otros tiempos, que nunca volverán, y que bueno que sea así, porque hay gente a la que no quiero volver a ver en mi vida, y es que en esa etapa de mi primera juventud, se me acercaron hombres y mujeres de todo tipo, algunos ricos, otros que se daban ínfulas de magnates y varios que no tenían ni en que caerse muertos, pero andaban con las ansias de figurar en una sociedad carente de blasones, ahora me doy cuenta de muchas cosas, como por ejemplo que los que me hicieron creer que eran mis amigos y nunca lo fueron en realidad, se me ponían enfrente para que siendo yo, el personaje de moda al que todos querían conocer, pues me ocupara de ellos en alguna de mis columnas, a casi todos ellos los dejé de ver para siempre, de muchos tengo un buen recuerdo, pero a la mayoría los eché al olvido, como supongo lo hicieron ellos también, y hoy, precisamente hoy, me acordé de esa etapa, porque Cuauhtemoc Blanco el ídolo Pam bolero de todos los mexicanos, o al menos, mi héroe jorobado, ya que aunque pierda lectores, tengo que decla rarme águila de co razón, está bien enojado con el empresario Jorge Vergara quesque porque le dijo borracho y ha asegurado que lo va a demandar por difamación y perjurio, a ver que tiene de malo que a nuestro Cuauh le encante pistear, si él ya está más allá del bien y del mal, que el dueño de Omni Life y las alicaídas chivas se dedique a levan tar el rating en su flam ante estadio que siempre está vacio, ahora está moda lo que yo hice hace mucho tiempo, no digo, que inventé el agua tibia, si la chismografía es parte de nuestra naturaleza, se ha dado desde tiempos inmemoriales, pues no fue un chisme el que le inventaron al Maestro Sócrates que jugaba al trenecito, al burro castigado y a las manitas calientes con sus discípulos, incluso lo condenaron a la muerte de cicuta por el rumor inventado por sus envidiosos detractores que no podían verlo ni en pintura, ya que era tan brillante que ninguno de los griegos contemporaneous se le podia equipa rar en ningún sentido, en fin, que Cuauh se defienda del chismoso Vergara para que se le quite andar de bocón contra nuestra máxima gloria del futbol mexicano, y si necesita abogados, yo conozco a varios a los que les encanta el argüende y que lo defenderían sin cobrarle un solo centavo, aunque no puedo asegurar que el resultado sea el que más beneficie al borra chillo futbolista, que ahora, por si no se han dado cuenta, anda de actor de telenovelas haciendo un papel de bombero, claro que yo no me pierdo esa comedia que es un refrito de otro refrito, pero con tal de ver a Cuauh en su papel estelar, me puedo sentar a observar la chafa telenoverla de televisa, que tiene como galán central a William Levi que no sabe actuar, sólo que como ha de andar de novio con un alto ejecutivo de la empresa de Emilito Azcárraga, pues le dan chamba para que luzca su cuerpecito caribeño. Ya dije.