Rey de Oros

Lo que nos faltaba, claro que a muchos cínicos patriotas les ha de dar mucho gusto el anuncio urbi et orbi de la revista Forbes, que con fanfarrias, ha publicado su lista de los hombres más ricos del planeta y claro, faltaba más, faltaba menos, nuestro compatriota Carlos Slim se ha trepado al pináculo del éxito mundial, al encabezar el grupo de los más billetudos del mundo, lo nauseabundo, es que, su fortuna se debe, según los conocedores de los movimientos bursátiles, a: “su agresiva estrategia de hacer fuertes inversiones en tiempos de crisis”, es decir, al paisano de origen libanés, le va mejor cuando todos están en la miseria, lo que estos apologistas de las macro economías no se atreven a decir, es que abusando de sus reinos monopólicos, pone las tarifas que quiere y como no hay competencia real, pues los usuarios se tienen que fregar adquiriendo los servicios al precio que se le antoja al dueño de la poderosa compañía, ya sé que soy el menos indicado para realizar un exhaustivo estudio económico, pero pongámoslo, ustedes y yo, en el plano local, por citar un ejemplo autóctono, en la placita Miada, antes plaza Libertad, había un solo vendedor de raspas y tostadas con chile, durante los primeros seis meses vendía 500 piezas de tan delicioso snack (lo pongo así para que entiendan mis lectores gabachos), 500 vasos del refrescante hielo raspado con sirope, todo iba bien hasta ese momento, me refiero para la economía de doña Luchita, pero, de repente, como si alguien hubiera movido la piedra, salieron diez puesteros ofreciendo los mismos productos, doña Petrita que a mí me cae bien, le bajó diez centavos al precio que vendía doña Lucha, y empezó a ganarle la clientela, pero doña Juanita, que también me inspira simpatía, las dio (me refiero a las tostadas) veinte centavos más baratas, así que al rato le quitó compradores a doña Juana, es decir, que al momento en que doña Lucha acaparaba el mercado ganaba un montonal de dinero, veamos, si el ciento de tostadas vale 40 pesos, cada una cuesta 40 centavos y si al comprador se las daba a 1.20, su ganancia era de 80 centavos por pieza, o sea que la inversión de 40 pesos, le venía dejando de utilidad neta 80 pesos, y si acomodaba 500, pues eran 400 pesos diarios de ganancia, pero cuando llegaron los demás vendedores, a lo que se le llama libre competencia, ya no obtuvo ni la mitad de sus ingresos, naturalmente que bajaron los precios de las tostadas con chile y los clientes tuvieron la oportunidad de decidir cuáles eran, en su opinión las mejores en calidad y precio, pues eso es lo que nunca ha ocurrido con el magnate ladrón de Slim, que gracias al tráfico de influencias, había logrado que en nuestro país sólo tronara el chicharrón de Telmex, claro que eso fue en tiempos de Salinas de Gortari, luego durante el sexenio Zedillista, ahora no tanto, aunque la verdad es que sus competidores son chiquitos y desvalidos; Televisa ha logrado quitarle unas migajas al pastel, Axtel una rebanadita, las otras telefónicas de móviles, un poquito del botín, y la verdad, es que no me enorgullece que Carlos Slim hijo de un libanés avecindado en México, sea considerado el hombre más rico del mundo a costa de la pobreza de tantos millones de mexicanos, a veces me pregunto, para que chingaos quieren tanto dinero estos codiciosos, si nunca se lo podrán gastar, ni aunque fueran eternos, porque cada segundo que transcurre sus empresas están generando ganancias desorbitadas, por si alguno de ustedes, queridos lectores, quiere saber, les diré que la insultante fortuna asciende a un monto total de 53.500 millones de dólares, en fin, no hay manera de que tan infausta noticia no altere mis nervios ya de por si minados por tanta sicosis dizque colectiva y provocada, a los que lo niegan, les diré como un radioescucha que le recomendó a un locutor local, quien anunció que había pocas probabilidades de lluvia en el pueblo: “!saca la mano wey!”.