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lunes, 9 de noviembre de 2009

Blindaje contra la influenza

Uno ya no sabe ni que pensar con eso de la mentada influenza que azota a nuestro pauperizado país, porque ahora resulta que nuestro ínclito secretario de salud José Ángel Córdoba Montoya, ha declarado urbi et orbi con los reflectores puestos sobre su cara de enfermo terminal, que el taimado virus ya se diluyó ante la fortaleza del mapa genómico de los mexicanos, claro que en estos tiempos que corren, semejante milagro, no se lo cree nadie, y es que con el alza de impuestos del Gordo Carstens, las peleas de los liosos diputados y las nalgas podridas de Alejandra Guzmán, nadie se había acordado del H1N1, además, si hace unos meses había sido declarado una de las grandes pandemias de la humanidad contemporánea, ahora, como si fuera un prodigio de la Guadalupana, es un pinche virusito que no tiene fuerza ni para matar a una anoréxica, a otro hueso con ese perro, pero es que si nuestros prohombres del poder, se atrevieran a declarar lo contrario, que en realidad es un delicado asunto de salud pública, pues tendrían que mandar traer todas las vacunas desde China y en este momento de extrema pobreza, no alcanzaría el dinero ni para comprar cafiaspirinas y chiquiadores de tomate para todos los enfermos, así que es más fácil decir eso de “la inmunidad de rebaño” y si se muere uno que otro de seguro van a ser mexicanitos pobres de los cinturones miserables de los mismos pueblos de siempre, es decir, de Chiapas, Oaxaca o de la sierra Tarahumara.
Estos son como los gatos que quieren tapar lo que apesta espolvoreándole tantita tierra, pero si empiezan a caer fulminadas las gentes paisanas como moscas luego del flit, van a salir desgarrándose las vestiduras echándose la culpa uno al otro, y muerto el niño tapen el pozo, dicen que aquí ha habido muchos casos, lo bueno es que aunque en el hospital General y en la Cruz Roja dan atención pésima, por lo menos hay lugares a donde se pueden llevar a los contagiados, pero en las tierras de los indios donde no conocen ni a Dios, se va a formar un tenderete de petateados, ya que muy apenas tienen hálito de vida; a estos pobres de la tos les da el catarro y del catarro, pulmonía, claro que a nadie le importan los caídos, si a esos como quiera los usan como votantes resucitados a la hora de los comicios.
Dios nos agarre confesados de que se propague la influenza por todo el país, pero si es cierto lo que asegura el malhadado secretario de salud, respecto al blindaje celular de la raza cósmica, entonces hay que decirle a mamoncita que nos invite a su manda a la virgencita morena para darle gracias arrodillados por tan graciosa concesión espiritual a nosotros sus hijos que somos un trapo de inmundicia, bueno yo no tanto, me refiero a los otros, pero si nos ha visto con sus ojos misericordiosos significa que realmente le importamos y le interesa nuestro bienestar, así que si de pasadita le queda otro milagro, le quiero suplicar en una fervorosa plegaria que ya se acabe la novela de Eduardo Yañez y la Chule, porque está muy mal hecha, y es que “Corazón Salvaje” no es para ese elenco tan disparejo, a mi me hubiera gustado que el papel de Juan del Diablo lo interpretara López Obrador con unas extensiones de pelo hasta la cintura, y el papel de las cuatas, en lugar de Aracely Arámbula, los encarnara Ruth Zabaleta, a la que el PG un día le reclamó como novio celoso, que le andaban sobando la pierna debajo de la mesa y es que ella si es una actriz de primer nivel, además tiene carácter, se cuenta se dice y se rumora, que le gritó maricón al mismo político que Fox le dijo jotito y que un día fue presidenciable.
P.D: A los nuevos lectores de Guerrero, Mier, Camargo y Miguel Alemán, les pido que no se asusten con mi lenguaje soez, pero si les encabronan las malas palabras, les prometo con la mano sobre el monitor de mi laptop, que trataré de no decir demasiadas chingaderas, y es que yo sólo sigo el consejo de Camilo José Cela el escritor español universal, que asegura que: “las palabras se hicieron para usarse”. Ya dije.

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