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viernes, 22 de enero de 2010

trapitos al sol

Nadie me lo contó, yo los vi con estos enigmáticos ojos malagueños que Dios me dio, y ya sé, no necesitan recordármelo, queridos lectores, que esa historia es chisme viejo, pero es que me da harta muina que se dé golpes de pecho la tal Chayito Robles, la misma perredista que fue regente del Distrito Federal y que ahora tiene inscrita en su nómina de estupendos colaboradores, el periodista José Cárdenas que tiene un buen programa noticioso en Radio y Tele Fórmula, pero el veterano comentarista se cayó de mi gracia al felicitar a Loretito de Molito en su “taimlain” de Twitter, por su excelente labor de reportero como enviado especial de Televisa, si ya se sabe que estos buenos para nada están en la telera nada más porque son amigos íntimos o íntimos amigos de los altos altos ejecutivos del Canal de las que Enseñan, en fin, a lo mejor el viejo lobo de mar, está pavimentando caminos para algún puesto fijo o semifijo en cadena nacional, si es así, pues ni modo, cada quien hace su luchita como puede, además, no le será difícil pasar el casting, si en ese bodrio de programación está la narizona judía horrenda de la Adela Micha que es más indeja que una criada oajaqueña, okei, okei, ya sé que me fui por otra vereda y no les he dicho nada acerca de lo que observé una tórrida tarde de verano en un restaurante de La Condesa, para quienes no conozcan el D.F les diré que en ese sector de la capirucha, están instalados algunos de los mejores restaurantes, bueno, no tanto que sean cinco estrellas, pero ese rumbo es el epicentro de los jipis japis de la ciudad de México, pues resulta que ahí andaba la Chayito Robles beso y beso con un señor muy galán que se parecía a Carlos Ahumada, ella, por cierto muy feíta, mal vestida, chaparra y cabezona, de buen molde, pero como que tenía pegada la espalda con los tobillos, o sea con cuerpo de enanita torera, yo conocía a la entonces mera mera del D. F, por la publicidad de imagen con la que sus achichincles bombardearon a través de todos los medios con cargo a la caja del erario grande, al potentado argentino era la primera vez que lo veía, supuse que era su pioresnada porque de los besos tan profundos que se daban se oía un chasquido como de vieja fondera levantándose de la taza del baño, ya sé que las vidas íntimas de nuestros políticos no deberían de interesarnos, pero a poco no es demasiado raro, es decir, que todo mundo lo sabía y todo mundo se lo calló, aunque ya sabemos que todos se tapan con la misma cobija de veinte pesos como las que regaló nuestra Primera Dama a los pobres friolentos, es más, ni siquiera López Dóriga dijo nunca nada al respecto, ni Brozo que dizque muy entrón, muchos menos la Paty Chapoy ni la Maxine Woodside, o sea que eso de que los grandes periodistas comprometidos con la verdad, es pura mentira, yo les prometo, meto, y les repito, pito, que si un día, Dios así lo quiera, me voy a la capirucha a publicar en alguna cadena de diarios, lo primero que haré, será desenmascarar a la runfla de queridas y queridos, para que no anden de mustios, hipócritas y cabrones, y desde ahora, les digo, asiduos fans de esta leidísima columna (gracias don Juan, pero la suya es la más leída), que saliendo los que están en el actual candelero político, ya sea en el globero pueblo, en Vicky ranch o en todo el estado, sacaré todos sus trapitos al sol de quien contra quien, pero sobre todo, que estando las cosas como están, daré pelos y señales de varios enredos que se traen en diversos feudos polacos, lo bueno es que yo nunca recibí el sobrecito con los 50 pesos, el vale de gasolina, ni regalo alguno de nadie, así que estoy libre de pecado y el único compromiso es con ustedes queridos lectores, antes de terminar les quiero confiar algo que me sacó de onda respecto a un escritor cumbre de las letras universales: Creerán que Víctor Hugo les escribió un libro y Los Miserables ni siquiera se lo agradecieron. Ya dije.

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