“No mentirás” es el octavo mandamiento del decálogo divino, bueno, también ese inciso incluye lo de: “no levantarás falso testimonio”, pero la verdad aunque muchos opinen lo contrario, eso de andar mintiendo nunca se me ha dado del todo bien, por supuesto que de repente emito lo que algunos persinados han dado en denominar: “mentiras piadosas”, por citar un peregrino ejemplo, cuando una amiga me pregunta: “¿estoy fea?”, claro que me quedó viéndola de arriba abajo, de lado a lado, del buche a la rabadilla, con cara de ranchero comprando chivas, e invariablemente, a menos de que esté más horrenda que Irma Serrano con gripa, le contesto con varios adjetivos, y como yo, siempre he manejado esos vocablos, porque como bien saben ustedes, queridos lectores, mi denominación de dudoso origen periodístico es el de cronista social, así que lo de guapa, preciosa, distinguida y primorosa señorita me las sé de memoria, aunque eso de “postrada de hinojos” jamás la usé porque esa frase era “copyright” de la señora María del Carmen Paul de todos mis respetos.
Ahora resulta que Cervantes Landa, el mismo que se echó a la Fabiruchis, a Ernesto Dálessio, al señor Barriga, al diputado ex esposo y padre del hijo de la cantante Eugenia León, que a mí no me lo crean pero dicen que también le encanta el caldo de camarón, también le dio pa sus tunas a Ari Telch, el mismo que algún día estuvo casado con Ninel Conde y es padre de su hija que parece lobita de lo peluda que está, pero ese no es el tema, que como quiera pues nada más es cuestión de depilarla con cera de veladora de chichoncuac y ya. A sabiendas de que el tema le va a dar comezón en el “yunou” a muchos homofóbicos, lamento tener que escribir al respecto, sólo que no me puedo hacer de la vista gorda ante semejante escándalo del espectáculo, porque todos los demás embarrados en el “fabiruchisgueit” pues están entre azul y buenas noches, es decir, como quiera tienen su colita que les pisen, dicho sea en el mejor sentido de la frase, pero éste que por lo menos posee pinta de “matajotos”, que tiene pecho de tapete de feria, que casi escupe por un colmillo, pues nadie, ni siquiera yo, que soy mal pensado, me hubiera imaginado que le encantaba andar en cuatro patas buscando algo que se le perdió debajo del catre rechinador, y luego que salió un video en el que el actor bipolar salió auto complaciéndose con la mano santa, la verdad es que todo este asunto me tiene bien asombrado, porque al galán de las telenovelas se le han conocido muchas mujeres guapísimas, y mínimo se casó con dos de ellas, para colmo, con ambas ha tenido hijos, o sea que si es buen histrión, ya que si pudo disimular sus gustos torcidos con tan deslumbrantes féminas, significa que aprendió bien su oficio de engañar a todos con mentiras de una vida que no es la suya, claro que a mí me tiene sin cuidado lo que haga o deje de hacer, ya lo dijo, antes que yo, el sabio rey Pelé, cada quien hace con sus pelotas lo que se le antoje, igual puede tirar a gol, que dejarse cometer penalti en el área chica, lo que no está bien, y es del todo, una canallada, es que engañen a las pobrecitas damas, que lo que quieren es que los hombres de los cuales se enamoran, sean cumplidores, machitos calados y sobre todo, que las hagan sentirse orgullosas de su belleza al conquistar a supuestos volcanes eróticos para que luego les salgan con que sus maridos son muy varonilas y que a la mera hora buena, les salgan con que les hacen fuchi a las carnes trémulas de las sexys mujeronas.
En fin, a ver que sale de todo este margayate, lo peor puede venir después, no vaya a resultar que las revistas del corazón, saquen a relucir a ocho columnas que a Juan Gabriel también le gusta el camote poblano y los chiles en nogada, porque entonces será punto menos que imposible volver a creer en sus canciones de amor y contra ellas. Dios guarde l´ora y san Tejeringo el de abajo nos agarre confesados. Ya dije.
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