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martes, 8 de septiembre de 2009

La Vaca Echada


Esa que vino a Laredo y se presentó en El Palenque de la Feria, no es la Leona Dormida, más bien parecía una Vaca Echada, por Dios, que alguien se apiade de ella y le diga al oído que ya está muy pasada de tamales, claro que canta muy bien, bueno, en su estilo, porque la voz así como que muy educada, pues no la tiene, digo, no es Sara Brightman, pero eso es lo de menos, ya que las señoras de cierta edad adoran a Lupe Dalesio porque igual que José José se metió a lo mero hondo de los vicios, pero el Pinchipe se salvó, no porque se haya arrepentido, sino simplemente porque la salud no le dio para más, y es que al tocar fondo, pudo detenerse, pero los daños ya eran irreversibles, y miren como quedó, realmente hecho una k-k, por decir lo menos, porque éste sí que no quedó ni para los mandados, lo que ocurrió con Lupita fue más cabrón, ya que ella también tocó fondo pero en su insaciable apetito por las drogas, el alcohol y una vida de francachelas, todavía le escarbó un poquito más, lo que acabó por aniquilarla es que se sintió más poderosa que sus demonios internos y no supo, no pudo, no quiso desatarse a tiempo de sus cadenas de amargura y resultó como La Macarena de la canción, que le dio alegrías al cuerpo hasta que su organismo se contaminó a tal grado que la vida le pasó una dolorosa factura que tuvo que liquidar al contado.
No estoy hablando de más, ni a la ligera, si esa historia de excesos es de todos conocida, pero tampoco los críticos del espectáculo son capaces de liarse con la cantante, ni siquiera la Paty Chapoy que es la más entrona de toda la runfla, porque sabe que ésta sí, va y la agarra a patadas, además como todos se tapan con la misma cobija, de seguro, Lupita puede cantarle su precio a la periodista que también tiene cola que le pisen, aunque quiera engañar a todos con su carita de “yo no fui”, por eso nadie habla de lo que es un secreto a voces, como lo de Lola Beltrán, que sin duda alguna es la lesbiana más emblemática y la borracha más atragantada de todas, aunque Chabela Vargas no curtía malas baquetas, porque esta si es más hombre que Juan Gabriel y Ricky Martin juntos.
Lupita como Yuri, que también es otra que “fue de todo y sin medida” como dice la canción, se ha metido a la religión, pero estas pecadoras han de pensar que Dios las tiene que perdonar porque al fin y al cabo El Señor es muy misericordioso, si antes eran las más pirujas, promiscuas y gentitas de la peor calaña, que nunca se escondieron para exhibir sus amoríos por docenas, igual les daba perros, que gatos, chaparros que flacos, ahora se dan golpes de pecho y aseguran que su cuerpo es el templo del Espíritu Santo, cuando en su época de locuras, esa misma parroquia abría todos los días con sus noches y hasta en las fiestas de guardar, pero como eran muy buzgas, se bebían hasta el vino de consagrar.
Las que fueron como ellas, piensan que regenerándose ya todo está perdonado, lo malo es que todo queda grabado en la memoria del tiempo, porque podrán dejar de consumir, pero jamás, aunque volvieran a nacer, serían las mismas, ya lo dice Heráclito. “nadie se baña en el mismo río dos veces”, y no quiero juzgarlas con demasiada severidad, que cada cabeza es un mundo, y dice mi tía Teresita de Jesús, que todos somos hijos de Dios, nada más que unos son los hijos incómodos y otros, los favoritos, pero estas tales por cuales, piensan que la redención es olvido, pero como a todas las de su oficio, ya de viejas, se hacen indejas como la tía Lola, y algunas, por absurdas y patéticas, se mueren en olor de santidad.
Lupita Dalesio cantó en el Palenque y según quienes la vieron, está muy jodida, casi no bailó, cuando antes, parecía chinampina del 16 de septiembre, ya saben queridos lectores, que todos los que ven algo fuera de lugar que pueda servir de tema para mi columna, vienen y me lo cuentan, otros me dijeron que se veía muy viejita, algunos borrachitos querían regresarla al Vida y Esperanza, pero en lo que todos se pusieron de acuerdo, es que ya no toma como antes, porque en años anteriores que también vino al Palenque, dicen que se tomaba todo lo que le mandaban, pero además tenía nariz de a gramo, claro que sus seguidores de siempre estaban en primera fila, lo bueno es que a Lupita no se le acabó la voz, pero ha de tener una vida muy triste, se me figura como esas viejitas que de jóvenes rompían los catres y ahora nada más les lloran los ojitos, porque a poco de verdad no se le antojará echarse uno tras otro y terminar bien peda debajo de los gallineros de los soltadores.
Ahora sí que le resultó verdad el guión de su famosa canción, que en ese entonces era una parodia de la mermelada de calabaza en la que se batía, me acuerdo que mi tía Agustina Soledad hasta lloraba con ese himno a la emancipación de las mujeres y la cantaba a grito pelado con harto sentimiento pero bien desentonada como la Chimoltrufia: “Hoy voy a cambiar, sacar a luz mi coraje, entregarme a lo que creo y ser siempre yo sin miedo”, ya todos sabíamos que cuando ponía esa rola a todo vuelo en su tocadiscos que había comprado en Tapizados Monterrey, había que correr por toda la Gutiérrez para comprarle sus caguamas y pobre de mi tío Ranulfo, porque era el que pagaba los platos rotos y todo por culpa de la Lupe que ahora que dio el viejazo, nadie se imagina que un día fue de rompe y rasga. Todo por servir se acaba y acaba por no servir.

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