jueves, 3 de septiembre de 2009
Divas mentirosas de la noticia
“¡Un poderoso Huracán azotará a Baja California!” anuncia a gritos destemplados, con ese estilo que ya está pasadísimo de moda, el chómpira mentiroso de López Dóriga, pero luego la especialista meteoróloga con voz de pensionada gringa radicada en san Miguel, sin siquiera percatarse lo pone en su lugar, y como esos funcionarios del Centro Nacional de Huracanes no tienen contrato de exclusividad con Televisa, no están obligados a leer el guión en el teleprompter, dicen la verdad pura, sin sensacionalismos: “el huracán Jimena entrará en las costas de Baja California con fuerza disminuida en categoría dos”, a lo mejor es que yo soy muy fijado y no me gusta que traten de verme la cara, pero es que Joaquín está cada vez más instalado en diva de la noticia que en periodista, aunque ya se sabe lo que se dice de estos periodistas-luminarias que segregan mucha saliva para tragar más pinole y francamente “El Ticher” nunca ha sido ejemplo de nada, claro que tampoco es Pagés Llergo que ése sí, logró lo que pocos investigadores al servicio de la información veraz y oportuna como rezaba un eslogan de un importante periódico, ahora en la ruina moral, ya que en aquellos años ignominiosos de los 30 entrevistó a Adolfo Hitler y a Mussolini en un mismo cuarto, fue a él, a quien “il Duce” le dijo que su papá lo bautizó con el nombre de Benito, pero no porque se pareciera a Benito Bodoque el de don Gato y su pandilla, sino en homenaje a nuestro célebre Benemérito de las Américas.
Total que el huracán llegó a la Baja California y no pasó nada malo, para agravio de los periodistas amarillos, alivio de la gente jodida de la costa y decepción de los dueños de las funerarias, digo, si llovió, pero no para provocar inundaciones, ni siquiera charcos grandes, lo malo del asunto es que aunque éste es el primero de la temporada no cayó suficiente agua, sobre todo en la reseca parte norte del país, que en el D.F siempre llueve, pero allá lo único que se siembra es el desconcierto y aquí el pánico, aunque en nuestro solar si refrescó un poco, y no es por dárselos a desear, queridos lectores, en la Plaza Miada corren vientos frescos canadienses durante las noches, incluso en plena canícula, hasta me dan ganas de mandar a enrejar todo el predio para cobrar la entrada a los paisanos temerarios que les ha nacido el deseo de viajar desde otras colonias para venir a conocer al espacio público más hermoso de todo el pueblo, les advierto que el barrio es “Salsipuedes”, y es zona restringida, solamente los que tenemos clave podemos transitar libremente por la Loma aireada y airosa.
Eso que les cuento de la alarma climatológica del comunicador televisivo fue la noche del martes, ya para el miércoles le bajó una rayita a su volumen y aclaró que no había sido para tanto, pero le dio media hora al informe del presidente Calderón que ya no siente lo duro sino lo tupido, yo digo que a lo mejor la vida le está cobrando el día que a nuestro mandatario se le ocurrió prometer a los ciudadanos que a nadie le iba a faltar empleo si llegaba a sentarse en la silla y ya que se empoderó del trono meshica, nos pintó cuernos, y es que a poco no es un crimen de lesa humanidad que haya forjado ilusiones de tan canalla forma a los paupérrimos mexicanos, porque yo si le creí, pero nunca me fijé en su estatura, y como dicen que no hay chaparro que no sea afrentoso, éste es igualito a mi tío Chencho, que una vez llegó de viaje, diciéndole a su compadre Melitón que fue a Jiuston a hacerse unos chequeos médicos y su amigo de toda la vida le preguntó: ¿qué le dijo el dotor, compadrito? “pos nada, compadre, namás me quitó los huevos! Y su interlocutor, que ya sabía cómo se la gastaban los científicos amerikekes de atrabancados y perjuriosos, le gritó encabronado: ¿PERO CÓMO SE DEJÓ HACER ESO? Y el otro muy tranquilo, le contestó: “pos es que me dijo que traía muy alto el colesterol”.
Felipe Calderón el presidente constitucional de los mexicanos declaró durante la ceremonia de su tercer informe, que ahora iba a hacer lo imposible, porque se estaba acabando el dinero y el tiempo, lo malo es que si se les termina la feria, los que vamos a pagar el pato somos todos, hasta los que no votamos por él, lo único que deseo es que no viaje a Jiuston, o si tiene que mandar a alguien a hacerse una revisión médica, que mande al gordo Carstens para que le quiten los huevos, los jamones y esas viandas apetitosas que de seguro come por kilos, porque con eso de que quiere cobrarse a lo chino lo que otros hicieron, y es que de dónde chingaos quiere don Agustín que demos más dinero si no hay ni para irla pasando, mucho menos para costearles el tren de despilfarro a toda la runfla de políticos que viven a nuestras costillas con tal descaro que hasta le aplauden las decisiones a Calderón, cuando saben que no hay más cera que la arde y que si nos quitan un peso más, una de dos: o nos matan de hambre o nos morimos por no comer. ¡Señor Ilumínalos con un rayo!
P.D: Hoy empieza la feria, a ver cómo nos va con esta terquedad de unos cuantos, espero que el saldo sea si no blanco, por lo menos jaspeado, por supuesto que no he sido requerido por ninguno de los directivos, y eso que soy el columnista más leído de este pueblo y ranchos circunvecinos, pero como lo cortés no quita lo Garza, mínimo, me hubieran mandado una invitación de cortesía para ver el chabacano espectáculo de la coronación de la reina y su corte de honor, pero de eso y de la realización del FIT hablaré en la columna del sábado. Agárrense de la brocha que me voy a llevar la escalera.
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