Lo Peor del Año

Este año hubo de todo en la Viña de El Señor en cuanto a eventos sociales se refiere, pero uno de los peores, aunque las Damas de la Mesa Redonda Panamericana piensen que es lo más nice de todos los tiempos, es el baile de debutantes, digo, si ya de por si, las fiestas quinceañeras son de lo más cursi que existe sobre la faz de la tierra, ahora, imagínense ustedes queridos lectores, una veintena de tineyers ataviadas como muñequitas de pastel de fiesta de ejido, eso ya es el colmo de lo naco.
Lo peor de todo es que dentro de esa rutilante lista incluyen a niñas tejacanas que hablan español champurrado como dependientas de Mc Donalds y por ende, también asisten sus parientes que no tienen ningún empacho en llevar sus viandas en sendas hieleras rojas y las ponen debajo de la mesa o a veces en el pasillito del salón de recepciones, yo considero que para la próxima edición de este nefasto baile, deberían de incluir una leyenda en la invitación de cartulina rosa pastel. No Childrens, no Pets y no Tejacanos.

El declive de la Feria

La feria con todo y que el año pasado celebró 50 años de vida, ya no es lo mismo que antes, para empezar ya deberían de haberla sacado de ese lugar, porque parece que a los directivos se les ha pasado de noche que las instalaciones ya están enclavadas en una zona muy habitada, a ver que les parecería que afuera de sus casas en la fantasmagórica colonia Madero yo me pusiera con un carro de sonido día y noche para no dejarlos dormir, o que estacionara mi troca Chevrolet 1975 tapándoles su cochera.
A Carlos Fernando Garza González y a la bolita que dirige la zona de atracciones más grande del pueblo, se les olvida que el derecho de uno termina donde empieza el del otro, y la verdad es que la feria tampoco es muy necesaria, si lo único que hacen es alquilar permisos para que desbordantes señoras vendan gorditas espolvoreadas con estiércol de vaca, merolicos del estado de México vendan sus colchas o artesanos oaxaqueños muestren su barro negro.
Si quitan la feria del calendario festivo del pueblo, nadie la extrañaría, o a lo mejor nada más, el payaso Regalito y el mago Riacatán que son las estrellas del teatro del pueblo, y bueno, también las vedettes sexagenarias prófugas de Funerales Vázquez, que enseñan sus pellejos en los fabulosos stands de las cervecerías en bailes eróticos y grotescos, un día voy a juntar a las socias del Ropero de santa Clara y de la Biblia Sobaqueda y Rodilla Ensangrentada para hacer una manifestación afuera de la feria para impedir de una vez por todas y para siempre que estos directivos vuelvan a atentar contra la integridad moral de nuestras católicas familias neolaredenses.

El Festival Internacional Tamaulipas

Que me disculpen los amorosos de la alta cultura pero el Festival Internacional Tamaulipas dejó mucho que desear en su edición 2008, y es que para empezar, los comunicadores que nos dedicamos a reseñar los eventos para un amplio sector del público local, no fuimos requeridos por la comparsa cursi de intelectuales cocteleros que se toma fotos en cada evento y salen publicados en todos lados con cara de haber leído todas las obras del siglo de oro español y la verdad, es que son lectores de las novelitas absurdas de Ángeles Mastreta y de los ensayos “sesudos” de la niña bien -imbécil- de la Guadalupe Loaeza, además, la tan famosa frase de “ebrios de cultura” no solamente es una hiperbólica mentira, sino una tontería escrita sobre las rodillas de algún lambiscón a sueldo que de seguro no asistió a ninguna de las fabulosas puestas en escena del festival.
No quiero ser caborón y citar toda la ristra de eventos nacos que se dieron por toda la ciudad con el buqué categórico de arte popular pero si no lo hago es porque espero que este año se componga, además, a los organizadores se les olvida, que ese festival no sale de sus bolsos Louis Vuitton ni de sus carteras Hermes, sino de las arcas del pueblo, así que ni se sientan ofendidos, porque ustedes nada más lo organizan, son empleados, algunos sin sueldo, pero otros cobrando cheques estratosféricos y viáticos de cinco estrellas.