jooble.com

jueves, 5 de febrero de 2009

Flacas y Patéticas

Los patéticos esfuerzos por algunas mujeres de sentirse bellas aunque sobre pasen el peligroso umbral de los 40, las obligan a llevar una vida desequilibrada en todos los aspectos, y es que, a pesar de que el reloj biológico les indica lo contrario, se sobrepasan en sus capacidades físicas y orgánicas, ya que con tal de estar flacas, casi no comen, casi no duermen, casi no viven, su día empieza desde muy temprano por la mañana con el rol de los niños al colegio, y de ahí se trasladan al gimnasio después de comerse una barrita light de granola y un café temblorino, luego al club, a la jugada, a la tienda, a casa de la comadre, y en la noche, en lugar de aquietarse, se van de Shopping o a una fiesta, y toda esa carga de actividades, la realizan con 1200 calorías en el cuerpo, cuando deberían de tener una sobrecarga de vigor anímico superior a los 3800 para un feliz desempeño de sus múltiples ocupaciones a lo largo del día.
No digo, no, que se queden hechas unos adefesios, si tampoco es cosa de quitarles el ánimo para lucir espectaculares, pero les sugiero que lo tomen con cordura, dije con cordura, que equilibren su carga de actividades diarias para no sobrepasarse del límite humano de sus fuerzas, y es que hay algunas que están tan flacas, que dan ganas de meterlas a la cama y darles un caldito de pollo o de plano inyectarles una caja completa de bedoyecta y obligarlas a comerse unos lonches de El Popo, y lo malo, es que ellas sienten que se ven muy bien, con la calavera brotándoles por la cara de tan delgada piel que les queda luego del bótox.
No lo digo por mal, pero ninguna mujer de cuarenta, jamás podría competir con una de 20, y digo, cada cual tiene su rol bien definido, y ambas generaciones están conscientes de ello, entonces, yo todavía no entiendo cómo diablos se les ha metido entre ceja, oreja y sien, la idea de que a su edad, todavía deben ser talla cero o uno, o las más gordas, talla tres, y eso ya es una exageración, porque aunque las cuarentonas no quieran ni lo deseen, después de haber sido madre de uno, de dos, o las más antiguas, de tres guercos, no pueden tener el mismo cuerpo pero ni de chiste, ya no digo acerca de la piel que ese es otro tema, pero simplemente, se ensancha la carrocería, y lo que antes era un carrito convertible que donde quiera cabía y se podía presumir, con el paso del tiempo se transforma en un camión de redilas, pero es lo más natural del mundo, bueno, yo a veces hasta he considerado decirle a mi confesor, que proponga un nuevo pecado a la iglesia católica, para que estando condenadas a un castigo por exceso de vanidad, las señoras desistan de la idea de languidecer con la muerte lenta de la belleza asegurada para los difíciles años que vendrán al terminarse los agobiantes cuarenta para convertirse en dolorosos cincuenta y luego los decadentes sesenta que ahí si ni todo el ejercicio del mundo, ni las cremas de diseñador, ni Manuel Sanmiguel con toda su sapiencia y habilidad con el bisturí, podrá reacomodar lo que ya ni forma tiene.
Hay muy raras excepciones de regordetas felices pero lo bueno es que todavía existen mujeres cuerdas en nuestro pueblo, que, lamentablemente, poco a poco se ha ido transformando en una sociedad demandante de belleza a las féminas, y es que, su hermosura es una forma de pago a sus maridos ricos que les dan todo a manos llenas, además es un acuerdo tácito, es decir, sin haberse firmado en un contrato matrimonial, ellas están obligadas a ser bellas forever, así que si no cumplen el pacto y no llenan la expectativas sociales que los esposos requieren para presumirlas en las cenas de negocios, en las juntas del club o en las fiestas rumbosas, les dan una patada desdeñosa para conseguirse otra.
Las flacas y elegantes mujeres de cuarenta son madres, esposas, hijas, amas de hogar, algunas otras, la verdad es que son pocas, profesionales que desempeñan otro rol más activo, sin embargo no dejan de pertenecer al círculo de esclavas con anillo de casadas y a ver cuanto tiempo les dura la salud, porque esa es otra de las razones que se enfermen de todo, por el desajuste existencial de sus vidas atadas al estigma de la belleza.

No hay comentarios: