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sábado, 8 de noviembre de 2008

Yeyo y Glou

En mi entrega del martes anterior les había adelantado acerca de la formalización del compromiso matrimonial de Azdriel (Yeyo) López Adriano y Gloria (Glou) Pérez Barrera, pero como que en las columnas de entre semana siempre se quedan detalles en el tintero que no se alcanzan a publicar, unas veces porque los esquemas de las notas sociales no son tan elásticas como se puede llegar a pensar, sino que las mismas costumbres de la gente involucrada en las fiestas, las transforman en clichés en los cuáles no se pueden insertar anécdotas de situaciones que ocurren en el desarrollo de la reunión.
El protocolo del “engagement” que por supuesto es importantísimo en las formas de nuestra sociedad, indica que los padres del novio, en este caso, el A. A Rubén López Escamilla y su digna esposa Marichú Adriano de López se presentaron en casa de la familia encabezada por el Ing. Sergio Pérez y su linda esposa Gloria Barrera de Pérez para conversar acerca de la pretensión matrimonial de su hijo Azdriel –así se llama Yeyo- López Adriano apellidos que son muy eufónicos, es decir que la combinación de los elementos acústicos de las palabras dan como resultado una agradable sonorización, o dicho de otra manera, “se oyen bonito” y ya que ando en esto de los vocablos, tengo que confiarles, queridos lectores, que si no me llamara como me llamo, además con mucho orgullo por la herencia generosa del excelso espíritu de mi padre, me habría gustado tener ese apelativo y conste que no lo digo porque deseo ser invitado a la boda, que como quiera yo sé que voy a ser requerido, además porque ni necesito participación escrita para darlo por hecho.
La novia es hermosa y lo que le sigue, responde al nombre de Gloria, sus amigos le dicen Glou, en su ámbito hogareño la llaman Chiquis y yo la conozco desde hace muchos años cuando todavía era una adolescente pero ya había afinidad entre ambos contrayentes, me acuerdo que ella participaba en el concurso para elegir a la reina de la feria y yo estuve allí en el Casino de Expomex acompañando a Yeyo y los dos estábamos nerviosos; él porque no ganara y yo por lo contrario.
Gloria Pérez Barrera es distinguida amén de guapa, así que ataviada de novia se verá como portada de Vogue y además, como tiene buen gusto para elegir, sabe lucir perfectamente lo que viste, y por si fuera necesario para ser la adecuada protagonista de una boda de las Mil y Una noches, el marco que han elegido para recrear su felicidad al contraer nupcias, es majestuoso, mágico y lleno de encanto, resulta que la catedral de Zacatecas hecha como a cincel de un solo bloque de piedra de cantera rosa, será el escenario de tan dichoso acontecimiento.
La noche del “engagement”, es decir, el sábado 18 de octubre, fue como extraída de un catálogo de lo que nunca debe ocurrir en una ceremonia oficial de petición de mano, primero cuando el comedido novio se propuso abrir la botella de champaña y para que no ocurriera lo que luego ocurriría, no la agitó nada pero al hacer explosión el corcho da en el techo y arranca un pedazo de tirol, más tarde en el brindis grupal, Triana González, la sobrinita claridosa, de cuatro años y que va en el Mary Help, les dijo: “los felicito pero ya no se peleen”, en fin que resultó una alegre reunión con final feliz.
Sirvió la cena el magnífico Chef Hiram Fernández Adriano de Kotto Sushi Bar y estuvo confeccionado en tres tiempos: 1.- Ensalada con Cranberries. 2.- Filete salseado con guarnición de verduras a la mantequilla y arroz silvestre. 3.- Variedad de postres. ¡Felicidades! a Yeyo y Glou y yo que los quiero tanto les deseo un matrimonio venturoso pletórico de amor.

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