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sábado, 8 de noviembre de 2008

Tornadus Interruptus

El miércoles fue de muchos sobresaltos, resulta que estando muy tranquilo en mi escritorio, de repente me llega un e-mail por msn en el sentido que se anunciaba el inminente arribo de un tornado -y no es precisamente un grupo musical texmex- que podía afectar gran parte del valle de Texas y en ese aterrador mensaje se podía leer con claridad que nuestro condado, es decir el de Web, que no es nuestro pero como si lo fuera, ya que los dos Laredos estamos tan pegaditos que si ellos se resfrían a nosotros nos da pulmonía, tenían una “severe weather alert” que podía borrarnos del mapa a todos con un golpe de huracanado aire de más de 60 millas por hora.
Como pude, casi sin revisar mi columna que apareció publicada ayer, terminé mi colaboración y regresé sobre mis propios pasos rumbo a la salida del periódico para refugiarme en mi sacrosanto hogar. Y ahí estoy, revisando el canal 27 de Univisión en donde transmite su noticiero mi amiga Lupita Benavides -hija del inolvidable comunicador Octavio Benavides Hinojosa (+), y en ese programa dijeron que había un 30 por ciento de probabilidades de que el meteoro cayera encima de nosotros en cualquier momento y hasta las once de la noche.
...Y nos dieron las doce, la una, las dos y las tres y cansados nos encontró la luna... como dice la canción de Sabina... y nada. No digo que me hubiera gustado que nos encharcáramos hasta las manitas, pero si no están seguros de que nos va a caer el chahuiztle para que hacen tanto alboroto, y digo, si estuviéramos en el rancho Las Tortillas o en el ejido San Jelipe, en donde se dan cuenta que va a llover cuando las hormigas chacatonas hacen molcajetito con la tierra para que no se les mojen sus provisiones. pues está bueno pero aquí que tienen uso del satélite y los aparatos para recibir las señales exactas por donde anda el remolino que nos quería “alevantar”, no se quieran hacer los chistosos para tenernos con el alma en un hilo y a las viejitas con el Jesús en la boca y el rosario en la mano.
Pasado el susto del día anterior, recibí la llamada a mi nextel del presidente de los Leones el A.A. Rubén López Escamilla para invitarme al baile de coronación de María Irene I., y me comentó en tono de secreto que tenía una sorpresa preparada para ese día pero que me lo confirmaba el sábado -o sea hoy- por la tarde y que la venta de invitaciones casi tenía el cartelón de “sold out”.
También me marcó la presidenta de la Cruz Roja, Gladis Coss de Sánchez para avisarme que Cristina Perera, una activa compañera reportera gráfica, le había tomado la foto que tantas veces le había pedido para publicar en esta columna: “yo le dije que tú -o sea yo- querías una foto mía y ella me dijo que me la podía tomar... a ver si te gusta” y pues ya tengo la imagen en mi poder y la verán impresa en la edición dominical de Gente de Aquí.
Más tarde recibí una misteriosa llamada que me urgía a que apresurara mi llegada a las flamantes instalaciones del periódico. Y cuál sería mi sorpresa que todos juntos en montón y en la sala de juntas estaban mis compañeros líderes como pintados de azul chaneque y en el aristotélico centro de la mesa, un pastel de chocolate como de ocho kilos.
En la pared, se podía ver una manta enorme con un mensaje cifrado como con la “efe” de Fernando, que rezaba en inglés, mi lengua madre: “HAPPY BIRTHDAY” y luego como los tres mosqueteros que en realidad son cuatro, nos hicimos bolita de pudoroso placer cuando todos los ahí presentes, en un berreo generalizado pero con harto sentimiento nos cantaron las tradicionales mañanitas norteñas. Yo, sin salir de mi asombro, le pedí a mi amiga Esmeralda que me pellizcara para saber que no estaba soñando y la muy... como me tiene coraje, me dio dos vueltas al pellejo del brazo como si estuviera poseída por el espíritu de Martha Villalobos en plena lucha por el campeonato.
Gracias a todos por este festejo que ha sido tan inesperado como inmerecido, al menos de mi lado, ya que los que si se lo tenían bien merecido fueron mis compañeros.. en este caso mi estimada amiga -casi de mi familia- Esmeralda García Longoria, y una linda jovencita de nombre Mayté Uresti y Gerardo Luis Menchaca Martínez editor de Ecos.

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