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jueves, 16 de febrero de 2012

Sealtiel Alatriste


Yo escribo mal, no sé usar correctamente los signos de puntuación, confundo la gimnasia con la magnesia y tengo cultura de almanaque, pero jamás de los jamases me he apropiado de un texto ajeno para firmarlo con mi nombre, además, aunque lo firmara, si alguien me diera un galardón, por ese poema, novela o epigrama, no serían para mí los lauros, sino para el verdadero autor, así que, las sonrisas por los aplausos y los “gracias por estar aquí” serían tan falsos que durante el evento también tendrían que otorgarme un premio especial como el mejor actor de la ceremonia, la verdad, es que, nunca he entendido como alguien pueda atreverse a robarse las ideas de otros, bien dicen que lo que natura non da no te lo empresta ni Salamanca, ni la UNAM, aunque tengas un puesto de medio pelo o de terciopelo, bueno, pues a Sealtiel Alatriste, quien tiene un nombre propio tan eufónico que es ideal para las marquesinas, le acaba de ocurrir una verdadera catástrofe, resulta que el club de la mano amiga, le acaba de echar a perder la fiesta por su premio Xavier Villaurrutia, ya que, los ninfos de la cultura, esos que eran mariposillas de la poderosa luz de Octavio Paz, sacaron a relucir unos párrafos de don Sealtiel en algunas de sus obras más celebradas, y con gran asombro, se percataron de que eran igualitas a otras que muchos años antes habían aparecido publicadas en otros libros, no digo, no, que sea bueno andar de robatero, como decía mi sobrino Fernandito cuando era niño, pero si nomás se rateó unas cuantas líneas, tampoco es tanto el pecado, lo raro, es que, los autores de dichas ideas no han reclamado al presunto ladrón, supongo que ni cuenta se han dado, y ni se darán, lo que no está bien, y es mi único reproche a Sealtiel, es que, pudo haberse robado textos íntegros de Jorge Luis Borges, pero en lugar de elegir a uno de los grandes, se conformó con un escritor de bajos fondos, si ya estaba entrado en el robo, pues que le costaba agenciarse frases rotundas del argentino como aquella de: “No nos une el amor sino el espanto, será por eso que la quiero tanto” en franca referencia a su Buenos Aires, fíjense, queridos lectores, lo que hacía este escritor, si leía una frase de Pancho Pérez que le gustaba y cuadraba en su novela, pues le daba copy paste, o sea, la copiaba y la pegaba, pero ya pegada en su cuartilla, le cambiaba una palabra por otra, por ejemplo, si decía: “Cultivo una rosa blanca En Junio como en Enero, Para el amigo sincero, Que me da su mano franca. Y para el cruel que me arranca El corazón con que vivo, Cardo ni ortiga cultivo, cultivo una rosa blanca”., pues le cambiaba y en lugar de rosa blanca era un apasionado clavel y ni en Junio ni en Enero, le ponía Julio, Febrero o Marzo, y al amigo cruel hijo de la chingada, no le cultivaba una rosa blanca, lo agarraba a patadas, ni modo, a lo hecho, pecho, Sealtiel ya renunció a su coordinación de cultura en nuestra máxima casa de estudios, y los envidiosos enemigos del autor, han de estar muy contentos con su villanía, repartiéndose entre ellos; las becas, los sueldos ejecutivos, los viáticos y los premios del Conaculta, cuya directora, la señora Saizar, pariente de los cantantes vernáculos del mismo apellido, ha de estar regodeándose en el año de Hidalgo, para consuelo de don Sealtiel, tampoco sus detractores son los escritores que el mundo esperaba, por esa razón, publican en una revista sus ensayos, sus artículos, sus poemas, porque sus creaciones no son tan chingonas para publicar un librote de hartas páginas, pero Jorge Luis Borges, lo dice mejor que yo: “Dicen que la lengua francesa es tan perfecta que no necesita escritores. A la inversa, dicen que el castellano es una lengua que se desespera de su propia debilidad y necesita producir cada tanto un Góngora, un Quevedo, un Cervantes.” Y ninguno de ellos, son de tan alta envergadura como los monstruos de nuestra literatura, esos que escriben con todo el idioma, y si, acaso, las palabras no existen, las inventan, estos pobres viudos le siguen llorando a Paz y ninguno de ellos se le compara. Ya dije. 

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