Nomás faltó que dijera: “no me voy, me corren”, y es que,
los príncipes de la iglesia, tienen que jubilarse a determinada edad, es decir,
no son eternos, ni que fueran parientes cercanos de san Pedro, así que, con
todo el dolor de su corazón, el Excmo. y Rvdmo. cardenal don Juan Sandoval Iñiguez,
ha dicho adiós a sus súbditos espirituales, que según las cuentas mochas del
Inegi, son más de cinco millones pero menos de diez, no quiero echarle más leña
al fuego, pero se acuerdan, ustedes, queridos lectores, que este vicario de
Cristo, fue el mismísimo que tomó el lugar del asesinado “por confusión”
cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, ya que, si no me equivoco, don Juan estaba
impartiendo su doctrina de la fe en Cirak Juárez, ya sé que hay temas que, por
escabrosos, no debo tocarlos ni con el pétalo de una tecla, pero esos hechos
palpitantes forman parte de nuestra mexicana historia y ni modo que no los aborde
en este momento crucial para la iglesia católica, que no ha podido detener a la
reformista izquierda del D. F, sobre todo a Ebrard que fue un cadillo en medio
de las nalgas para el clero que no supo cómo hacerle para evitar que los
homosexuales pudieran contraer legítimo matrimonio en las oficialías del
registro civil de la capirucha, lo peor no fue eso, sino que, don Juan, como
siempre ha sido su costumbre, anduvo declarando a los medios que Marcelo había “maiceado”
a los magistrados para que votaran a favor de que los gays adoptaran niños como
parejas estables legalmente constituidas ante Dios y los hombres, a ese
respecto, el ex cardenal, comentó: “Es
una aberración (...) ¿A ustedes les gustaría que los adopten una pareja de
maricones o lesbianas? Yo creo que (los jueces) no llegan a esas conclusiones
tan absurdas que van contra el sentimiento del pueblo de México si no es por
motivos muy grandes... Y el motivo muy grande puede ser el dinero que les dan”,
la misa de despedida ocurrió este domingo 29 de Enero en el auditorio Benito
Juárez, que no es por amarrar navajas, pero el benemérito fue el que separó la
iglesia del estado, o sea, el que le puso la lápida encima, y ni san Lázaro
pudo quitársela de encima, don Juan vive como lo que es, un príncipe purpurado,
ni más, ni menos, tiene casota con alberca y muchos criados, pero, por lo
visto, no es del todo bien apreciado en su principado jalisciense, ya que,
según Protección Civil de Zapopan, se quedaron vacíos mil quinientos asientos,
tampoco es que el recinto fuera muy chico, pero si tomamos en cuenta, que hay
cientos de parroquias y decenas de organismos adheridos a la diócesis, pues le
hicieron muy feo desaire como Rosita Alvirez a Hipólito, Sandoval Iñiguez estuvo
al frente de la arquidiócesis de Guadalajara durante 18 años, tiempo en el
cual, se metió en muchos líos por andar diciendo lo que pensaba de cualquier
tema, en fin, que haiga sido como haiga sido, ya se va a descansar, ojalá que
éste, no sea igual que Chente Fox, que tiene amor por las cámaras, y opina de
cualquier tema, y digo, conociéndolo, no va a pasar mucho rato para que vuelva
a las andadas, sólo que los altos prelados de El Vaticano le pongan un hasta
aquí, más tarde, mientras los fieles disfrutaban de la pachangona que se armó
para agasajar al cardenal, en entrevista a los medos difusores de noticias, don
Juan, comentó que se siente muy agradecido con la gente por el aprecio que le
demuestra por lo que hizo: “que no fue mucho”, en la verbena hubo de todo para
los miles de asistentes que disfrutaron de un “hambrigú” amplio y variadito,
sobre todo de puras garnachas y aguas frescas, ya se sabe, que al pueblo le
encanta la misa y el pan, conste que no estoy haciendo campaña a favor de los
azules, me refiero estrictamente al alimento, adiós don Juan, que Nuestro Señor
lo reciba en su santa gloria, cuando lo juzgue conveniente y necesario. Amén.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario