Jorge Vergara, el magnate hombre de negocios, ha olvidado,
que podrá ser muy dueño del equipo, pero las Chivas no le pertenecen, es decir,
él compró el club deportivo para hacer negocio y ganar dinero, solamente que
con tantas pachotadas que le ha propinado a los fanáticos del rebaño sagrado,
estos, ya no acuden en manadas al estadio de futbol como solían hacerlo, que
según dicen, el OmniLife es un complejo deportivo de lo más moderno del mundo
con tecnología de alto pedorraje, se ha hablado tanto del tema en todos lados,
que he preferido no quedarme con las ganas de echarle más sal a las heridas de
los adoradores del rebaño sagrado, la verdad, ya ni parecen esas orgullosas
chivas mexicanas, que tantas alegrías le han dado a sus millones de seguidores
alrededor del mundo, por supuesto, que la franquicia es mexicana, pero los chivofilos
se han diseminado por el planeta, igual hay fans en Estados Unidos, España,
Rusa, Australia, también es cierto, que como el equipo, ya es muy viejo, pues
sus seguidores vienen de una cadena generacional que va pasando de abuelo a
padre de padre a hijo y todas sus derivaciones familiares, no pecaría de
exagerado, o cómo bien lo escribe don Juan Pérez Ávila, hiperbólico, que esta
si es palabra de linaje, nada más que a mí no me lucen, redacto con cuatro
dedos, dos neuronas y un diccionario a la mano, por eso no las uso, prefiero
disfrutar el Plus Ultra que su dueño si escribe con todo el idioma, además, no
hay día en que no me siente a leer su editorial de cabeza a pies que a mí me sirve
como ejemplo de la bien hechura periodística, bueno, pero les comentaba de
Vergara que anda vuelto loco de contento con su cargamento para la ciudad, ya
corrió a Quirarte, y el pobre hombre, se tuvo que aguantar la mentada de madre
del empresario que hizo un comentario tan racista y de mala entraña, que
merecería un castigo por su arrogancia, “Le entregué un Ferrari y me lo
convirtió en bocho”, no sé, si esa frase sea de su ronco pecho, supongo que no,
ya que, por si ustedes no lo saben, queridos lectores, la mayoría de estos pro
hombres de la nación, tienen una cuadrilla completa, desde sus torileros,
banderilleros y hasta picadores, a su completo servicio y capricho, así que,
alguno de esos lambiscones a sueldo le han de pergeñado esa oprobiosa
declaración, nunca he sido peleonero, pero tampoco pendejo de nadie, eso es un
insulto racista, de suegro que mantiene al güevón de su yerno, a mí, que
alguien, cualquiera, me dijera eso, ya le hubiera hilvanado una serie de improperios
impublicables en esta católica columna, pero el diablo, bueno, en este caso, la
chiva, sabe a quién se le aparece, ahora resulta que Twitter mundial le va a
entrar a las regulaciones de cada país para saber qué es lo que se va a
censurar, francamente, y no es por andar de revoltoso, pero juzgo imposible que
nuestras autoridades se vayan a atrever a maniatarnos para impedir que
expresemos lo que se nos hinchen las ganas, faltaba más, faltaba menos, a ver
qué ocurre en el transcurso de los días, lo único malo, es que, esta Guillotina
la escribo desde el viernes, pero como arbitrariamente me tomo dos días de
descanso de no hacer nada, pues la siguiente la confecciono del domingo para
publicarla el lunes, espero, que para ese día, no haya habido cambios drásticos
en la estructura de Twitter, que, sin duda, ha sido el gran escaparate de los
sucesos inquietantes de la humanidad, si no se publica en Twitter, aunque lo
digan todos los lectores de noticias que se presumen como periodistas, nadie
será capaz de tomarlo en cuenta, y mucho menos en serio, el que anda en Davos
es Enrique Peña Nieto, quien sabe que iría a hacer, ya mi tía Chucha, se está
quedando con el pendiente de que no vaya a preñar a otra chamaca allá por donde
anda, y Calderón recibió un premiesote en esa misma cumbre, luego les platico
los detalles.
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