Es el colmo, ahora resulta que, algunas mujeres que se
pusieron chichis postizas, están en alto riesgo de contraer cáncer, y es que,
según un estudio, los implantes mamarios, hechos en un laboratorio francés, fueron
adquiridos por cirujanos plásticos mexicanos, ya que, como estaban muy baratos,
estos paisanitos, que en todo ven el modo de ganarse unos centavos extras, han
de haber pensando, que al cabo, nadie se va a dar cuenta de nada, con eso que
todos se tapan con la misma cobija y nuestras autoridades sanitarias firman
cualquier papel que se les ponga enfrente, sin antes hacer análisis
concienzudos, por supuesto, que la alerta no se dio en nuestro país, si ya se
sabe, que estos masiosares, no son capaces de detectar ni el sarampión, aunque
vean a los huercos llenos de granos en todo el cuerpo, no sé, supongo que
dichos artilugios rellenos de silicón corriente, no se vendieron en Francia,
sino que, los pusieron a la venta en América Latina, y es que, hasta donde se
sabe, México ocupa el sexto lugar en cirugías
estéticas y Brasil y Colombia están en ese mismo rango, lo raro, es que ha sido
la Asociación Británica de Cirujanos de Estética Plástica la que encontró que
los implantes PIP estaban hechos de silicona de bajo grado al parecer destinada
a la producción de colchones, pero el asunto no se va a detener ahí, si se
fabricaron 300 mil bolsitas rellenas de gel que están diseminadas
principalmente en nuestro continente, al rato, van a salir muchas mujeres
cancerosas, eso sí, y perdonen la mala broma, van a ser las muertas más
chichonas del panteón, eso nunca lo he entendido, si ya nacieron con poco
busto, pues que se conformen con lo que la madre naturaleza les otorgó, para
que andan arriesgando la vida metiéndose esas cosas al cuerpo, finalmente, se
pongan lo que se pongan, si ya pasan de los treinta años, sus viejos se van a
buscar unas muchachas de 18, no hay que olvidar, que Dios si perdona pero el
tiempo no, la juventud, dice el poeta, es un divino tesoro, no es lo mismo una
señora de sesenta bien cuidada que una chamaca de 16 con toda su belleza en
plenitud, ya que, aunque las damas de la tercera edad se embarren cremas
carísimas en sus cutis de porcelana, no dejan
de ser una viejitas que de la tos les da el catarro, conste que no estoy
atacando a nadie en particular, pero es que me da chingos de coraje que anden
tentando al demoño colorado con esas chiflazones de querer sacar juventud del quirófano,
lo que es peor, en el caso especifico de los implantes rellenos de silicón industrial,
es que si se los retiran, como quiera, el daño ya está hecho, la verdad, es que
de chico, yo no me acuerdo que se hayan dado tantos casos de cancerosas como en
la actualidad, tengo un vago recuerdo de mi tía Raymunda, que de repente se
sintió decaída, quesque padecía de tiricia, y de tiricia se murió, nada más que
en aquellos años la gente se moría y uno la enterraba, sin saber de lo que había
muerto, además, en este globero pueblo, pues no es que hubiera tantos
laboratorios científicos para la investigación acuciosa, si muy apenas, había
vacunas suficientes contra la polio en el centro de salud, en fin, que esto de
las chichis postizas ha traído sus graves consecuencias para las caprichosas féminas,
que son veleidosas, voluntariosas y enrabiadas, ya que de que se les mete una
idea entre ceja, oreja y sien, no hay quien se las quite de la chompa, pero
como decía mi tía Pomposa, allá ellas y su mala cabeza, que al cabo por
chifladas pagan por sus pecados capitales, que no sé si eso de la ambición de
ser bellas sea tan malo como el de las gordas que comen nomás por pura
ociosidad, no conozco a ninguna mujer de Nuevo Laredo que se haya hecho una
operación de esas, que eso, es para puras nacas, nuevas ricas o de plano para pirujas
prófugas del tubo. Ya dije.
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