En Twitter se sabe quién es quién a la hora de redactar un comentario en 140 caracteres, y yo, que sigo a varios dizque periodistas de alto pedorraje, entre ellos, a José Cárdenas, quien es el peor a la hora de “postear” sus tuits, no digo, no, que escribe cajón con “G”, pero se le van unos horrores de ortografía que ni a mi sobrino de tercer grado se los podría perdonar, lo que ocurre, es que a la hora de tuitear, no cuentan con los correctores de estilo de las grandes compañías editoriales para las que colaboran con sus sesudos artículos, otra de las grandes lumbreras periódisticas, es la guapísima Denise Maerker, que tiene belleza cinematográfica del Jolivud de los años 40, que el otro día, escribió un tuit, con cinco evidentes fallas que son imperdonables, si se toma en cuenta que estudió en La Sorbona de París, a menos que no sea de París, sino de Parás, otro, al que se le nota que se copiaba en los exámenes de la primaria, es a Carlitos Loret de Mola, que si es pésimo para entrevistar, es peor para redactar, el menos “pior” es el ticher López Dóriga, que el sábado, cuando El Canelo Álvarez estaba en la pelea por el campeonato, tuiteó: “Comon mi Cianamon”, así que si lo critiqué con el #JuayDeRito, no puedo dejar de mencionar que, su actitud desenfada de burlarse de sus propias cagazones, me obligó a mandarle un tuit felicitándolo por su espléndido sentido del humor, por supuesto que le mandé el link de mi blog con la columna en la que lo pongo pinto por su mal inglés, no sé por qué razón, pero me siguen algunos de los más connotados periodistas de La Jornada, entre ellos, claro que, ellos son puliditos en sus tuits, de los artistas, mejor ni comento nada, que algunos escriben con las patas, es más, hasta dan pena ajena, de tan pendejos que son, solamente que a esos buenos para nada, no vale la pena, ni mencionar sus nombres, que la mayoría no cursó ni la primaria completa, así que, ni para que hago corajes.
Les aviso, queridos lectores, que mi éxito en Twitter está rebasando todas mis expectativas, aunque les confío que no tenía ninguna, ya que siendo un ciudadano de a pie, es decir, sin ningún tipo de promoción en los medios masivos de comunicación, pues jamás hubiera podido imaginar que me estaría codeando con las grandes súper estrellas, y si durante 2010, fui top50 en México de los tuiteros más recomendados por otros tuiteros, es decir, en el famoso #FollowFriday, que no es otra cosa que la gente que me sigue, les sugiere a sus propios seguidores que me agreguen a sus cuentas, pues, les aviso, asiduos fans, que en estas nueve semanas del 2011, he sido top20 en ese mismo rubro, también es cierto que, mi Taimlain está lleno de puras viejas mitoteras que me siguen a cada momento, lo que ocurre, es que siendo como soy, optimista por naturaleza, pues publico puros chistes, párrafos de poemas y frases llenas de aliento, ya que siempre lo he dicho, es mentira lo que dicen los católicos resignados y persignados, esta vida no es un valle de lágrimas, al contrario, nacimos para ser felices y hay que estar contentos siempre, de hecho, yo nunca he llorado por algo que no sea un auténtico duelo y jamás he derramado lágrimas por fruslerías, ni me he amargado por lo que no se pueda remediar, por mi carácter desenfadado, por mi proclividad a la alegría, al encanto de los instantes felices, es que soy como soy, claro que a veces tengo malos ratos, pero cuando eso sucede, hago discreto mutis, para no contaminar a nadie de mis cambios de carácter, que nunca duran más de diez minutos, si hasta eso, me repongo fácilmente de cualquier contrariedad que me acontezca, en fin, que en twitter se conoce a la gente tal cual es, y los tuiteros mexicanos ya somos más de cuatro millones, así que no está nada mal, que este su paisano, se codee con los más renombrados del Twitter en español, lo único que me entristece, es que tengo dos seguidores paisanos, nada más a César Iván y a Jhio Raga mi editor de Show, pero estos dos valen por toda la demás runfla que me hizo el feo, al rato que sea una estrella mundial del Twitter de seguro se van a arrepentir de no haberme dado folou. Ya dije.
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