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miércoles, 16 de marzo de 2011

Dra. Karen Merit Hernández Olguín

Karen Merit Hernández Olguín es el nombre de la eminente oftalmóloga paisana, que intervendrá a mi hermano Víctor Manuel, al que ya todos ustedes conocen, queridos lectores, por referencias particulares en esta columna, es el mismo que, tuvo la generosidad espiritual de donarle uno de sus dos sanísimos riñones a mi hermana Ana Lilia, lo único malo es que esas operaciones son carísimas, y eso que la médica especialista, poniéndose la mano en el corazón, ha hecho un descuentazo, gracias a la recomendación de mi estimado amigo el Dr. Eligio Obeso Castro, naturalmente que nada es oneroso si se trata de la salud, pero estando las cosas como están, 50 mil pesos libres de polvo y paja, son una pequeña fortuna para un asalariado que no alcanza a ganar ni el sueldo mínimo semanal, lo que ocurre es que, mi carnalito, nació miope, de hecho, usa gafas de fondo de botella desde que era un huerco.

Para llegar al resultado final, que desde luego, es la recuperación de la vista del paciente, la Dra. Hernández Olguín, tendrá que realizar varios estudios previos, según, lo que me cuenta mi hermano Víctor, lo primero que hizo la talentosa médica, fue valorar su ceguera, yo, para bromear con él, le dije, socarronamente, de seguro te va a poner “perros” de contacto para que vuelvas a transitar por esas calles de Dios, naturalmente que, no todos mis chistes, son del todo llenos de gracia como el Ave María, así que, mi carnal nada dijo, que si yo soy un verborraico natural, él, en contraparte, es un ser inmutable, ensimismado y casi inexpresivo, no digo, no, que es una esfinge, pero nadie, detrás de su máscara facial, podría adivinar lo que piensa en sus adentros, bueno, pues, para no hacerles el cuento muy largo, el lunes siete de Marzo, regresó del consultorio cinco ubicado en el edificio Ofisdeco por la avenida Álvaro Obregón en el número 3245, y cuando lo vi llegar, se me antojó pensar que, me traería buenas noticias, y de hecho, así ocurrió, porque luego de la auscultación a sus opacos ojos, lo mandó a un despacho clínico para que le hicieran un estudio concienzudo, en Medica Lasser, llamado Paquimetría corneal, que dicho en términos cristianos, no es otra cosa, que la medición de ambos ojos, conste que no soy oftalmólogo, pero mi cercana amistad de muchos años, con el Dr. Braulio Peña Pimentel, pues me ha servido para entender de modo somero, que no significa, superficial, sino en los términos básicos de un ciudadano común –y no agrego corriente, porque nunca lo he sido--, ya con esa información en sus manos, la médica, otorgó más luces respecto al asunto ocular de Víctor, pero lo mandó una vez más, a hacerse un ultrasonido, estudio con el que determinó las especificaciones de los lentes intraoculares, en fin, que el Dr. Obeso, quien me dio a entender, sin dar por sentado, que la doctora Karen Merit, podía hacer ese tipo de operaciones para corregir la avanzada miopía y el desgastante astigmatismo, esta vez se equivocó en el análisis de percepción, porque en lugar de aplicarle rayo laser y eliminar la catarata que se forma en los ojos lo que impide la correcta visibilidad, le hará unos cortes quirúrgicos para implantarle unos lentes con la graduación exacta y corregirle las dioptrías, pero eso será paso a paso, el desarrollo de dicho proceso tardará seis semanas aproximadamente, antes de finalizar la presente columna, quiero expresarle las más cumplidas gracias a la Dra. Hernández Olguín, cirujana oftalmóloga que ostenta una subespecialidad en cirugía oculoplástica, orbita y vías lagrimales, córnea y cirugía refractiva, además es experta en técnicas aprendidas en Cuba, no la conozco en persona, pero basta con que trate bien a mi seres queridos, para apreciarla en todo su valor como excelente profesional. Un Abrazo Dra. Karen y reciba usted, mis bendiciones y parabienes.

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