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viernes, 24 de septiembre de 2010

Monedas Bicentenarias

Hace muchos años, una querida amiga, a la que nunca extraño porque siempre la traigo en mi mente, me regaló ocho centenarios, de esos que en la época en que los acuñaron, costaban 50 pesos oro, pero como siempre he vivido a la quinta pregunta, los vendí al mejor postor, y me dieron una pequeña fortuna por las monedotas conmemorativas, pero ahora, no tengo quien me obsequie una de esas monedas que el Banco de México ha sacado a circulación para conmemorar el bicentenario del inicio de la independencia y del centenario del inicio de la Revolución, hay una que es de oro macizo, bueno eso dice la publicidad, que ha sido nombrada como “Bicentenario” y dos de plata pura de dos onzas cada una, las del centenario de la revolución son más modestas, ya que son de plata, no sé qué hacer para conseguirlas todas, igual le pido chamba al nuevo gabinetazo local que no tarda en hacer su aparición ante la ciudadanía, no pido una asesoría de 30 mil pesos al mes, me conformo con la subdirección de comunicación social, que también ahí suenan los metales bien fuerte o tal vez, la dirección de cultura, que ya se sabe que cualquiera puede encabezar esa oficina, por cierto, ahora con la crisis económica, nada más dejaron unos cuantos eventos para el tan cacareado Festival Internacional Tamaulipas 2010, lo bueno es que yo jamás he ido a poner mi cara de baqueta en ninguno de esos jolgorios donde corren ríos de vino de a dólar y canapés hechos a base de maíz frito y salsa martajada, o quizás en el rubro de parques y jardines, les aseguro que soy mejor planificador para las plantas, árboles y arbustos que los que han estado ahí sangrando al erario, sin entender a cabalidad que aquí no es terreno para árboles endebles y chaparros porque un aigronazo los tumba, en estos terregosos rumbos se dan los huizaches, los nogales y los cubrevientos, pero insisten en reforestar a Nuevo Laredo solamente en las áreas públicas, cuando su verdadera labor tiene que ser en todo el pueblo, para que los árbolotes chingones nos den sombra y palien un poco los calorones de más de 40 grados durante los meses de verano, o mejor en Obras Públicas o no sé cómo se llama ahora ese departamento, ya ven que ahora les ha dado por otorgar nombres muy rimbombantes, pero les cambian la denominación, pero lo que no mudan son las mañas inflatorias presupuestales, con decirles que la plaza Libertad (antes placita Miada) sigue a oscuras, y eso que les he avisado una y otra vez, a través de esta columna, que no hay ninguna lámpara que sirva, pero como ya se van no hacen caso de nada, cómo estará la patria de jodida que a los niños de primaria ahora nada más les dieron dos cuadernos, un lápiz, una pluma y una regla, tampoco les dieron uniformes, o sea que vamos de mal en peor, no que muy regalones, ahora que cumplan con todas sus promesas de campaña y si no pueden, que nos dejen como estábamos, espero que Benjamín Galván Gómez, si cumpla lo que prometió, yo tengo grabado con mi camarita el mitin que sus lambiscones a sueldo le organizaron aquí en el barrio, y dijo, tengo las evidencias, que construiría los baños, prometió más obras, pero los vecinos nos conformamos con que levante los servicios en el primer mes de trabajo al frente del ayuntamiento, y es que ese día le pedí a mi tía Pomposa, que se abriera paso entre toda la runfla de acarreados priistas, ya que mi sacrosanta parienta tiene caderas de fondera antigua, así que con su vaivén contoneador, se puso hasta mero adelante y cumplió la misión que le encomendé, en fin, no creo que se me haga realidad ninguna de mis supuestas chambas, lo mejor será que haga una tanda para agenciarme las dichosas monedas, que por cierto, el secretario de Hacienda, durante la presentación de dicha emisión, que a mí me causó emoción, Ernesto Cordero, hizo un recuento de la historia económica mexicana, pero mejor nos hubiera dicho cuando saldremos de esta miseria galopante que a todos nos agobia. Ya dije.

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