Emiliano y Nachito

Emiliano Zapata, no era tan machote como se veía en las fotos oficiales que todos conocemos, nada más imagínense, queridos lectores, antes de meterse de caudillo sureño, trabajó para Nachito de la Torre, el nuero de don Porfirio, y no es cuento, se los aseguro, está bien documentado en los inmaculados archivos de la nación, dicen, los que vivieron en esa época, que llegó a la ciudad de México con una mano adelante y otra atrás y para sobrevivir tuvo que quitarse la de atrás, pero nada pendejo, se le apergolló al aristócrata jotito con mayor poder en ese momento, dado que era el esposo de Amadita la hija ilegítima del káiser oaxaqueño, además, no vayan a pensar que el héroe del dos de abril, era como estos políticos de ahora, que de la tos les da el catarro, si alguien le estorbaba lo mataba en caliente, ese era una de sus sellos de gobierno, así que nada se le podía negar, hay un hecho curioso en la historia de Nachito De la Torre y Mier, entre 1909 y 1910, De la Torre se entrevistó, con el gobernador de Morelos, Pablo Escandón, para solicitar el licenciamiento de un antiguo empleado: Emiliano Zapata, reclutado por el noveno regimiento de caballería apostado en Cuernavaca, como el mandatario rechazara la petición, el hacendado recurrió a su suegro, el cual otorgó su permiso para que Zapata (a la sazón soldado raso) abandonara el ejército. El mocetón fue albergado en la casona de Paseo de la Reforma, como caballerango, lo cual desató comentarios maliciosos, pues resultaba sospechoso que un rústico caballista atendiera los corceles purasangre más hermosos y veloces del país. Algunos aseguraban que este vínculo laboral revelaba una relación extraña y hasta homosexual, claro que Nachito nunca le cumplió a Amadita ni el obligado por semana, si bastante ocupado estaba en sus joterías, para los que no lo sepan, de sus extravagantes pachangonas se derivó el famoso 41 que en México tiene una connotación gay, ya que en una residencia de Paseo de la Reforma capturaron a 41 hombres vestidos de mujeres que iban a dicha fiesta, pero en esa época se sospechaba que el 42 era nada más ni nada menos que el nuero de don Porfirio, por supuesto que todos estaban seguros de que era más maricón que Juan Gabriel y La Fabiruchis, pero nadie se atrevía a mencionarlo públicamente so pena de toparse con su poderoso suegro que era para él como un grano en la nalga no lo podía ver pero no quería que nadie se lo tocara, claro que Amadita sufría en silencio su calvario, además era muy feíta, tenía cara como de que se la pasaba chupando chamoy, dicen que ella lo amó hasta el día de su muerte, pero que nunca le pudo perdonar que la engañara con Miliano el guapo cuidador de sus caballerizas, pero todo esto no lo contaron ni en la película de Arau estelarizada por El Potrillo que dicen que también le encanta que le embarren los frijoles en el bolillo, hay quienes aseguran que Emiliano pudo ver el desfile militar del centenario de la independencia abrazado a Nachito desde los espléndidos jardines de su señorial casona, será verdad, será mentira, pero eso siempre se ha dicho, y además que así estuvieron durante varios años hasta que Emiliano se cansó del empalagoso y rico hacendado y se fue con un compadre suyo que se le veía que le rechinaba la reversa, naturalmente que Amadita respiró aliviada, pero Nachito se derrumbó por completo, porque de verdad lo amaba, o sea que Emiliano, el mismo de la Tierra y Libertad, el prócer indigenista, a pesar de que las mujeres se le entregaban solitas, a él le gustaban los hombres que le podían traer beneficios a su cuenta bancaria, como algunos actuales que deambulan por la pasarela política que se polvean más que la Niurka y les encanta que les soplen las respuestas en la oreja. ¡Viva México!