En el marco del Bicementerio se han generado, además de fiestas, muchas historias, ahora resulta que han exhumado los restos mortales de 14 héroes, que la verdad no tenían ni porqué hacerlo, ya que lo que requerimos urgentemente es que cesen los ríos de sangre en nuestro violentado país, no sé a quién se le ocurrió semejante despropósito, no digo, no, que eso sea una apología a la barbarie actual, pero si es una manera de decir como José Alfredo que en México la vida no vale nada y estoy de acuerdo en rendir honores a nuestros beneméritos, pero de otra manera, guardando su memoria, recordando sus proezas, no así, además los huesos son sólo eso, no tienen ningún valor real, porque ni modo que de repente se vayan a levantar a vivir.
Los restos que serán trasladados a Palacio Nacional son los de Ignacio Allende, Juan Aldama, Mariano Jiménez, Miguel Hidalgo y Costilla, Mariano Matamoros, José María Morelos y Pavón, Víctor Rosales, Pedro Moreno, Xavier Mina, Vicente Guerrero, Leona Vicario, Guadalupe Victoria, Andrés Quintana Roo y Nicolás Bravo. De los cuatro primeros se tiene el cráneo, mientras que del resto hay diversas osamentas.
Hay muchos otros héroes casi anónimos que merecen estar en la cúspide de la idolatría nacional, por ejemplo Jesús García Corona el ferrocarrilero que salvó a todo un pueblo, bueno, y aunque hubiera salvado nada más a una persona, bien dice el Talmud, que el que salva una vida, salva al mundo, cuenta la historia que Jesús al ver que se prendió la locomotora, le pidió a sus compañeros que se bajaran porque él iba a conducir la máquina 501 a las afueras del pueblo para que no muriera tanta gente, incluso hay hasta un corrido y en todas las ciudades del país hay una calle o una escuela con el eufónico nombre de: “Héroe de Nacozari”.
La vida de “El Héroe de Nacozari” fue muy corta; en su honor se levantó un monumento y la población se llama ahora Nacozari de García; fue declarado Héroe de la Humanidad por la American Royal Cross of Honor de Washington y se le compuso el famoso corrido llamado “Máquina 501”, la cual cantaba el popular intérprete “el Charro Avitia”, digo no voy a transcribirlo, si ese corrido es muy conocido por todos.
No que Jesús García Corona haya sido uno de los héroes que nos dieron patria y libertad, pero si nuestros funcionarios fueran justos, lo incluirían en estas fiestas del Bicementerio, porque no cualquiera es capaz de ofrendar su vida para salvar las de otros, al contrario, si alguien ve que están matando a un hombre, funge como testigo impávido ante la infamia, pero estos son los tiempos que corren, lamentablemente todos se tapan con la misma corrupta cobija y, por dinero, como Judas, son capaces de vender su alma al diablo, lo peor no es eso, sino que por tres pesos se la venden a un pobre diablo, de esos hay muchos y pululan en todos lados, lo bueno es que no hay mal que dure cien años ni pueblo que los aguante.
Lo de los huesos de nuestros próceres me parece una idea absurda, mejor hubieran usado ese dinerito para comprar más cuetes para tronarlos a la hora de la arenga del presidente Calderón del 15 de septiembre, por cierto a mi no me ha llegado la bandera que prometió nuestro mandatario y yo si quiero ponerla en un asta encima de mi casa, porque en ese lábaro patrio se simboliza la grandeza de México, y ahí sí, no hay ni pa’donde hacerse, no porque algunos masiosares hayan entregado al país a unos cuantos bandidos, dejará de ser la gran nación que es, en fin, que este Bicementerio sea lo más pacífico posible, que no haya desgracias que lamentar y que todos gritemos, algunos desde las casas por razones obvias de seguridad y otros agazapados en sus agujeros, los más temerarios en el medio de las verbenas que se organizan para darle circo al pueblo, como quiera que sea, a pesar de los pesares, que Viva México por muchos años. Oremos.
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