La Corregidora

Ya les había advertido que publicaría anécdotas de la historia de México durante el mes de septiembre, no crean, queridos lectores, que soy un erudito en estas cuestiones, pero me sumo a la festiva comparsa del Bicementerio 2010, así que ya encarrilado como he estado durante la presente semana, decidí entrarle a este divertido juego de los próceres fementidos, que siempre los han tenido en el altar de la patria y, la verdad es que absolutamente todos fueron seres humanos de carne y hueso y un pedazo de pescuezo, nada más que tienen a su favor el mejor juez de los pecados que hubiesen cometido… el olvido, ya se sabe que en nuestro país nos distinguimos por la amnesia generalizada, ya no digo de siglos atrás, sino de apenas unos cuantos meses, y es que en estos tiempo tan convulsionados de la información, una noticia tapa a la anterior, eso es lo malo de la globalización tan cacareada, que en un instante las noticias dan la vuelta al mundo, pero así como se riegan, así se olvidan.
Ahora resulta que el bien peinadito Alonso Lujambio, que de seguro se embarra “moco de gorila”, ha recomendado a los capitalinos que vean los festejos del Grito por la televisión, y es que, según él, habrá cupo limitado en el zócalo, claro que él está hablando de la verbena popular en la que se revuelven todos los patriotas mexicanos jodidos para contestarle a Felipe Calderón su fervorosa arenga, en la que, por suerte, no incluye a tantos santones de la democracia, como nuestro inolvidable Chente Fox que a ése nada más le faltaba mencionar a Marcial Maciel y a los Pederastas de Cristo, porque en Palacio Nacional nomás han sido requeridos los gargantones de la política, ya ni digo nombres, ustedes saben a quienes me refiero, si salen a diario en las noticias, claro que habrá antojitos mexicanos para aventar pa’rriba, los altos jerarca no se privan de nada que al cabo ellos pagan de la caja chica del erario grande con cargo a los paga impuestos.
Me acabo de enterar que doña Josefa Ortiz de Domínguez nació en la capital del Virreynato de la Nueva España el 19 de marzo de 1771, hija del capitán del regimiento de "los morados" don Juan José Ortiz y de su esposa la señora Manuela Girón, fue esposa de Don Miguel Domínguez, corregidor de la ciudad de Querétaro, de ahí su título casi nobiliario de “La Corregidora” En pláticas y en tertulias "los Corregidores" manifestaban sus simpatías por la Justicia; su disgusto ante los abusos y sus francos razonamientos en pro de los indios despojados y de las clases menesterosas faltas de conocimientos y de influencia.
"La Conjuración de Querétaro", al llegar el mes de septiembre de 1810, fue objeto de cinco diversas denuncias. Era el 14 de septiembre cuando doña Josefa, encerrada con llave por su esposo el Corregidor, llamó desde su recámara en forma convenida al alcaide Ignacio Pérez; éste advirtió la urgencia del llamado puesto que la Corregidora golpeó con el tacón de su calzado, repetidamente, en el piso que para el caso del alcaide era el techo de su cuarto dormitorio y al acudir al portón de la casa, por el agujero de la llave le ordenó doña Josefa que sin pérdida de momento ensillara un caballo y se encaminara a San Miguel El Grande a enterar al capitán Allende lo que pasaba en Querétaro. Pérez obedeció y el aviso de la Corregidora determinó la proclamación de la Independencia en la Congregación de Nuestra Señora de los Dolores, la madrugada del domingo 16 de septiembre de 1810.
Ya sé que van a decir que parezco corresponsal de Enrique Krauze el íntimo amigo de don Octavio Paz, que ahora presta sus servicios a Televisa con sus programas documentales, pero nada que ver, yo sólo cumplo con la encomienda de platicarles a mi manera, lo que, según mi punto de vista, es lo más importante de la lucha de la independencia y algunos flashbacks en sepia de la revolución, espero no los esté incomodando con mi modo de narrárselos, al fin y al cabo, lo único que trato es hacer mi trabajo lo mejor que puedo. ¡Viva México!