El sicólogo de Angelita le preguntó qué era lo más difícil que había tenido que superar durante toda su vida y ella, con su carita deformada por veintitantas cirugías, le contestó: ¨las miradas¨.
Yo había estado viendo el teletón a retazos, porque el evento es larguísimo y no tuve otra alternativa más que cambiarle de cuando en cuando para subir a la superficie y respirar hondo para poder soportar el bombardeo de imágenes patéticas y dolorosas.
En uno de mis retornos al programa, la ví, y mi primer impulso, fue cambiar de canal, pero confieso ante Dios Todopoderoso y antes ustedes queridos hermanos lectores, que por puro morbo me quedé en el Teletón, y es que en la masa amorfa del rostro de Angelita, de dientes imperfectos en una calavera espantosa con ojos desorbitados, había algo escondido que me propuse a descifrar.
Fueron apenas unos cuantos minutos en pantalla y Fernando Landeros principal convocador de este maratón para recaudar dinero y construir edificios para la rehabilitación integral de los niños especiales que lo mismo padecen de una distrofia muscular severa que una cuadraplejia imposible de curar del todo, me conmovió con su alentador mensaje de ayudar a Angelita, a quien llamó princesa, y seres como ella que necesitan de ayuda para realizar las tareas más simples que todos las personas ¨normales¨ podemos hacer en automático que van desde respirar, hablar, ver, caminar, mover una mano o guiñar un ojo.
Ustedes me conocen bien, queridos lectores, no soy melodramático, no lloré ni cuando nombraron a Hugo Sánchez como director técnico de la Selección, pero si se me salieron las de San Pedro en el momento en que Chobi Landeros presidente de Fundación Teletón habló a la gente del país a través de la cámara, y no sé si ustedes, pero yo tengo una televisión de High Definition y tengo que confiarles que en estos modernos aparatos no se pueden ocultar las arrugas ni las ojeras pero tampoco los sentimientos de altura espiritual y el ex seminarista convertido en motivador para engrandecer las obras pías de nuestro país, ha sabido agenciarse la confianza de los millones de espectadores en un México pauperizado lleno de proclamadores de la corrupción, de la mediocridad y de la hipocresía, ya con ese inaudito triunfo, Landeros puede sentirse muy ufano de haberlo logrado a favor de estos niños héroes que por su candor, ni siquiera se imaginan el amargo destino que les ha tocado vivir.
A Fernando, le costaba trabajo articular el mensaje, las palabras se le atoraban en un nudo, aún así, terminó el discurso con un beso a Angelita y en ese rictus de fealdad de la pequeña entendí que la belleza del alma se refleja en los ojos y es que detrás del brillo cegador de su mirada me daban ganas de perseguir una estrella fugaz para invocar un deseo.
El teletón es un milagro en sí mismo y claro que se llegó a la meta de los casi 450 millones de pesos que se requerían, y se harán dos CRIT que quiere decir: Centro de Rehabilitación Integral Teletón, por cierto ya tenemos uno en Tamaulipas que cuenta con el apoyo irrestricto de nuestro ínclito gobernador Eugenio Hernández Flores y su linda esposa Adriana González de Hernández.
Ni Lucero con su amplia trayectoria de casi 30 años de carrera artística, tan popular a nivel internacional que es considerada la Novia de América, además, con toda su enorme experiencia histriónica, sino Chobi Landeros, fue la verdadera estrella de este teletón, porque a él, si se le notaba el dolor que le causaba ver a los niños en tan deplorables condiciones, los otros, la mayoría de los artistillas de televisa, acudieron en manada a los foros para recibir sus cinco minutos de reflectores para acrecentar su fama en la feria de vanidades en la que viven embarrados hasta el cuello.
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