Los que están ahora llorando su amarga desdicha son los hijos de la Duquesa de Alba y es que ahora resulta que la Cayetana Fitz-James Stuart se quiere casar con un jovencito llamado Alfonso Díez Carabantes al que las revistas del corazón españolas han acusado de homosexual pero él se ha defendido lanzándoles ácidos improperios pero además todos sus estuches de maquillajes pero menos la polvera que esa la necesita para su uso continuo y permanente por aquello del charolazo en cámara, además como los paparazzis no avisan del flachazo, siempre tiene que estar listo para un primer plano de portada.
El duque de Huéscar, hijo de doña Cayetana, está tan apurado por el noviazgo de su anciana madre, que ya fue con el Rey don Juan Carlos, pero por supuesto que no le dijo “Mi Rey” como el inolvidable Chente Fox, sino: “Su Majestad, rediez que la vieja loca de mi amá se quiere casar con un jotito” y el monarca español ni tardo ni perezoso le puso las peras a peso a la deschavetada viejita, y por lo menos, el aviso de boda quedó en el aire, aunque algunos aseguran que la mujer con más títulos nobiliarios del planeta y constelaciones circunvecinas, se saldrá con su capricho y se casará por tercera vez.
En un gesto que se interpretó como un desafío a sus hijos, la señora duquesa se dejó ver en Sevilla en compañía de su chichifito y se alojó en el palacio de Dueñas, luego, juntos visitaron al Cristo de los Gitanos, en donde la prensa los fotografió a placer. Sin embargo, todo llega a su fin, y también los cinco días de permiso que le concedieron al funcionario. se habló en su momento del deseo de los hijos de la duquesa de incapacitarla. Al final el asunto se zanjó con un comunicado firmado por todos. Esperemos que la tranquilidad sea duradera. Según se ha asegurado, una posible boda entre Cayetana Fitz-James Stuart y Alfonso Díez no tendría consecuencias para el destino de la herencia de la casa de Alba, pero sí para las propiedades escrituradas únicamente a nombre de la duquesa. Tras su fallecimiento, quien fuera su marido tendría derecho de usufructo sobre las propiedades. Es decir, sus descendientes serían los titulares, pero Alfonso Díez podría disfrutar de los bienes durante su vida en caso de que contrajera matrimonio con la duquesa.
Esta Cayetana es descendiente de aquella voluntariosa regia dama María del Pilar Cayetana de Silva-Álvarez de Toledo la décimo tercera Duquesa que era entre piruja y lo que sigue, que no se casó tantas veces pero anduvo con toda la corte de la fea reina María Luisa, lo bueno es que la corte era chica, pero si tuvo sus quereres con el Primer Ministro Godoy el amante favorito de la monarca española y con los políticos más influyentes de su época, además con algunos artistas importantes de la ilustración.
Cayetana la que nació en 1746 era preciosa y no como ésta que tiene cara como que acaba de chocar y no ha llegado la Cruz Roja, pero la musa favorita de Goya fue más pu… piiiiipppppppp que nuestra contemporánea porque se enredó con todos los que pudo, de cualquier manera tenía que aprovechar su condición social y su encumbrada posición económica para darle rienda a sus más escondidos placeres.
Este asunto de Cayetana y su noviecto todavía dará mucho de qué hablar, por lo pronto, queridos lectores, les prometo que mañana les cuento la historia de cómo conoció al interfecto y cuales serían las consecuencias catastróficas para sus hijos y nietos, pero la verdad es que me extraña de esta noble dama que tenga tantos años de duquesa y no sepa mover el abanico. Ya dije. P. D: Conste que ya les cumplí la promesa que les hice antier, han de perdonar que fue hasta ahora pero lo del Blanco y Negro era prioritario, por dos razones; la primera y la segunda. Hasta mañana.
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