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martes, 9 de diciembre de 2008

La Viuda Fashion

No quiero ser aguafiestas pero dicen que en 2009 vamos a sufrir una gran depresión económica en ambas ciudades, así que habrá que estar preparados para lo que viene, porque de seguro, los mojados que ya se secaron bajo el sol betabelero, van a querer regresar a su terruño natal con todos sus triques, chivas y chunches, y es que según los expertos financieros, Estados Unidos está en la peor crisis de los años recientes, tanto así, que dicen que los gringos van a tener que realizar los trabajos que antes de la debacle, solían desempeñar los mexicanos, tareas, que según el inefable ex presidenChente, ni los de color sombreado quieren hacer.
Bien decían mis sacrosantos antepasados, que cuando “iuesei” se resfría a México le da pulmonía, pero Dios quiera que el mal trago pase pronto y que si nos va a llevar la chinflada a todos, que por lo menos, sea rapidito y con anestesia general para que estando sedados, lleguemos directo y sin escalas técnicas al paraíso, que esa región celestial, según dice el Evangelio en una de sus siete bienaventuranzas, es propiedad de los pobres, además, las consejas populares, aseguran que: “pobre del pobre que al cielo no va; lo chingan y lo chingan allá” y a esa esperanza, se aferran los paupérrimos, yo, lo único que le pido a Santaclos, es que me cambie todo el guardarropa para que no me vaya al otro mundo en fachas, que también eso es pecado.
La verdad es que todavía no quiero irme al más allá si yo estoy muy a gusto en el más pa’cá pero ya ven, queridos lectores, que uno, no tiene la vida comprada, además no quiero dejar este “Fashion World” antes de cumplir todos mis deseos y fíjense que tampoco soy tan exigente con la providencia pero no quiero que me ocurra lo que le pasó al rico empresario que se murió tacaño y nunca disfrutó de su gran fortuna, ahora la que se da gran vida de reina es su viuda, -dije viuda, no beoda- con harto jolgorio después del velorio de su benefactor esposo que robó a manos llenas pero no se llevó nada al “odersaid”, conste que hablo de su vida, no de su muerte, para que luego no me vayan a criticar de chismoso carroñero y es que la mujer antes se vestía con ropas muy humilditas como de RegioNovias o de tiendas El Sol, ahora, se ve preciosa, aunque un poco ajada, pero con ese dinero que le dejó el ahorrativo hombre, al rato se da un “chiqui chiqui” con el Dr. San Miguel, mientras tanto, se fue a surtir de marcas a Nueva York, así que nunca ha estado mejor aplicado el dicho de: “nadie sabe para quien trabaja”, porque el señor que nunca le dio agua ni al gallo, que se quedaba con granos en la lengua por antojos incumplidos, que siempre comía lo recalentado del día anterior, que vivió como monje cartujo pero sin tanta oración, se murió todito y pa’siempre, y aunque no me lo crean, queridos lectores, hasta en sus funerales fue codo, porque les dijo a sus sobrevivientes que su última voluntad era que nadie le llevara flores, que al fin, era un gasto inútil, y eso que él no las iba a pagar, mejor, que ese dinero, lo donaran a una casa de huérfanos en su nombre, o sea que ya bien tieso y todavía quería saludar con sombrero ajeno.
La viuda que todavía está de muy buen ver, ahora es muy fashion y está súper feliz, por cierto, les aviso que este tema y el de ayer, del club de las divorciadas, son dos grandes apartados que voy a tratar en mi libro, sólo le pido a San Filosofo de Güemez el protector de los plagiarios que me cuide contra los robos de ideas literarias para que si es tan exitosa como espero, mi obra me otorgue las suficientes regalías para darme la gran vida que merezco por mi bondad sin litorales y generosidad ilimitada. Ya dije.

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