Santana en El Ángel

A Santana, así, por antonomasia, se le reconoce como uno de los guitarristas más emblemáticos en la historia contemporánea de la música, yo no soy melomano, ni especialista en el instrumento, pero lo he escuchado desde jovencito, Carlos, es originario de Jalisco, allí nació hace muchos años, pero se fue a radicar a los Estados Unidos en donde empezó a entretejer su leyenda, ahora, su talento se ha dispersado por el planeta con discos realmente de colección, pues, este artista planetario se presentó el sábado 28 de Marzo en El Ángel, lugar en el que los capitalinos celebran cualquier triunfo mexicano, así sea el de un torneo de canicas o de trompo chillador, y aunque, nunca me han gustado las multitudes ni los apretujamientos, no sé ni que fue el motivo que me impulsó a acudir a las inmediaciones del paseo de la Reforma en el que se dieron cita miles de personas de todos los estratos sociales, y la verdad, que me sorprendió muchísimo observar que había gente de todas las edades, niños, adolescentes y hasta viejitos de más de sesenta años, lo que me lleva a entender que Santana es un músico que ha superado todas
las eras y las generaciones, además, es una prueba evidente de que el talento nunca pasará de moda, eso si, en el lugar no se podía dar un paso por voluntad propia, al reunirse tantos seres humanos en un espacio, se convierte en una masa que se mueve sola, por esa razón, las grandes concentraciones de gente se contabilizan en almas y no en número fríos como si fuesen simples estadísticas, esa noche del sábado, con los barruntos del cielo, los truenos, los relámpagos, la constante amenaza de lluvia y los olores mezclados de los humores de los asistentes, se creó una atmósfera fantasmagórica, de luces, de sonido y de una corriente eléctrica que iba y venia entre los corredores del viento, nunca he sido un buen cronista de espectáculos, se me pasan datos y se me olvidan los momentos especiales, tal vez por ello sigo siendo un sencillo escribidor sin mayores pretensiones de comunicar a mi manera, lo que veo y según como se me vaya ocurriendo a la hora de sentarme para dictarle a mi iPhone que es donde escribo esta Guillotina, pero lo que si no se me puede pasar es comentarles, queridos lectores, que había una hoguera de vanidades en el centro del gentío, y sin pudor alguno y ninguna culpa, varios ondeados le estaban quemando las patas al díablo, y yo, como no soy asustadizo pero tampoco me gusta ningún tipo de drogas, los observaba como se les iba transfigurando la cara y empezaban a brincar como chinampinas en comal, eso si, no hubo ni siquiera un conato de bronca entre los muchos miles de espectadores, en grupitos concéntricos de jóvenes se divirtieron bailando como enajenados gritando de todo para celebrar el hecho de estar vivos, Santana le dedicó el concierto a la madre de todos, a la santísima virgen María de Guadalupe, en realidad, el evento fue tan exitoso que todavía no entiendo como lo hacen las autoridades de la gran capital, que pueden controlar esas masas sin perturbarse el animo ni andar tronándose los dedos por el nerviosismo de que algo se les salga de control, felicito a Miguel Ángel Mancera por este hecho, y es que, lo casi imposible de lograr en un evento de esta envergadura, el equipo de MAME lo hace ver tan fácil que uno piensa que cualquiera lo puede hacer, y Carlos Santana fue la estrella de la noche, con ese gesto amoroso al pueblo de pedir que México conviva en paz y con compasión, esa es la palabra clave para co existir, y es que la compasión es el amor desinteresado y puro por el prójimo... "Soy una reflexión de luz" dijo claramente, Santana, mientras las autoridades le bajaban el switch al Ángel para dejarlo en penumbras en adhesión a la hora del planeta, pero dejaron prendidas todas las luces del escenario y de las luminarias públicas, y la música de Santana, cada acorde de su guitarra hizo estremecer a las más de setenta mil almas reunidas para disfrutar de una noche memorable. Dios Salve a Santana.