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martes, 21 de abril de 2015

Escribiré una novela


Este año, como decía mi abuela Belem, si Diosito quiere, me sentaré a escribir una novela, lo he platicado con un querido amigo editor y ya nos pusimos de acuerdo hasta en el título, incluso, sé, a quien se la voy a dedicar, la verdad, es que, vivir en esta monstruosa pero adorable Ciudad de México, ha desplegado ante mí, infinitas posibilidades de reconstruirme y reinventarme, por supuesto, mentiría si dijera otra cosa, echo de menos a mi terruño natal, pero no me queda otra alternativa ante la cruenta e implacable avanzada de los malosos y con estos panistas buenos para nada que no saben ni la O por lo redondo en lo que se refiere a la administración de una ciudad con tan graves peligros de inseguridad, ya que, por lo que se alcanza a vislumbrar en el horizonte, no hay una fecha perentoria para que se termine esta fiesta de pólvora, sangre y muerte, y yo, que no soy tan aguantador como todos mis paisanos, decidí poner tierra de por medio, aunque tengo que regresar a arreglar unos asuntos pendientes con unos queridos amigos y firmar dos o tres papeles para entablar una demanda legal contra unos truhanes que me quisieron chamaquear, pero eso es lo de menos, mientras se llega el día de mi retorno a mi querida ciudad, saldré a las calles de esta metrópoli para llenarme los pulmones de aire contaminado, pero sin el temor de que me toque una bala fría o un fuego cruzado, y estos políticos ahora se están jalando la colcha para descobijarse, dicen que en la guerra y en el amor todo se vale, pero en estas investigaciones de propiedades de unos y otros, se van a descubrir a muchos ex servidores públicos que han amasado cuantiosas fortunas, ya ven, lo que se le está descubriendo a José Murat Casab, ex gobernador priista de Oaxaca (1998-2004), que tiene más propiedades que un marajá, y digo, estos cínicos políticos no tienen llenadera, además, no es solo que Murat le robe dinero al pueblo, sino que le roba al pueblo más pobre de México, que tiene hambre atrasada de siglos, no sé si acuerdan, queridos lectores, que don José fue el coordinador ejecutivo del Pacto por México, y este es un mazazo a la cabeza del PRI por parte de sus enemigos encubiertos, porque no es que no se haya sabido antes de la riqueza desmedida de Murat y de otros que están esperando a que les caiga el chahuiztle, sino que ahora es el momento justo para echarle lodo encima al partido en el poder al que pertenece el ex gobernador Murat, y es que, es época de elecciones, así que, los tres partidos PRI, PAN y PRD hurgarán en los secretos de los ex funcionarios y funcionarios para denunciar las anomalías ante la opinión pública y quemar sus nombres y al partido al que pertenecen, no tardan los priistas en dar una dentellada con la ayuda de los archivos oficiales que están a sus disposición para cobrárselas al que está auspiciando estas denuncias contra uno de los suyos, supongo que vienen más periodicazos, algunos le van a echar la culpa a Carlos Slim que ya es socio mayoritario del New York Times, y es que, estos políticos encumbrados se pusieron con Sansón a las patadas, quitándole las desorbitadas ganancias por la telefonía de larga distancia en un servicio que en casi todos los países del mundo es absolutamente gratis, el gobierno federal eliminó los costos de conexión de LADA y ya todas las llamadas nacionales a cualquier ciudad del país se consideran como locales, y eso fue un duro golpe al ambicioso afán de Slim de tener más y más dinero, pero dicen que el que se ríe se lleva y el que se lleva se aguanta, y don Herminio Garza Palacios, secretario general de gobierno de Tamaulipas, ha dicho que la UVM se negó a aceptar el apoyo que le ofrecieron, pero de verdad estos servidores públicos no tienen ni un ápice de vergüenza, eso que le está pasando a la prestigiosa universidad de Nuevo Laredo, lo está padeciendo todas la ciudadanía desde hace muchos años, así que, don Herminio, por favor, no finja que no sabe y se haga el sorprendido, ya sabemos todos que ustedes los del gobierno están enterados y no hacen nada porque no se les da la gana. 

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