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martes, 21 de abril de 2015

Libertad de Expresión en Nuevo Laredo


La libertad de expresión en México ha estado amordazada desde hace muchos años, esa es la realidad, yo, por ejemplo, puedo hablar del tema que se me antoje, de hecho, esta Guillotina, aunque algunos han querido censurarme con el tema de la actual administración panista, sigue siendo la misma desde hace 25 años, es cierto que soy un periodista incómodo para cualquier político, ya que, como no me vendo ni por veinte, ni por treinta monedas, y miren que han querido comprarme, pero me acojo a la cita de Baltasar Gracián, en la que sentencia que... "las plumas pagadas no vuelan alto", y conste que no me vendo, no porque sea incorruptible, sino porque para comprarme necesitarían convencerme de sus buenas intenciones para ejercer una labor a favor de los ciudadanos, y no, por supuesto que no, jamás aceptaría un solo centavo de algún político, líbreme Dios, que aunque parezca imposible en estos tiempos que corren, prefiero vivir en una decorosa medianía, a que uno de esos vivales oportunistas políticos me señalen con índice de fuego y digan que me dieron cochupo para comprar mi conciencia, cuando apoyé a Carlos Canturosas en su campaña, lo hice de manera pública y sin coerción alguna, lo apoyé porque consideré que era el idóneo para el puesto, acepto que me equivoqué, pero no acepto que vendí mi alma al díablo, además, el tiempo es muy sabio y me dará la razón, ahora, todo es demasiado pronto, y no escribo por la herida, si nunca me pagaron más de lo que me correspondía por mi jornada de trabajo, a veces, Marco Antonio Martinez se refería a mi persona con un "ya córrelo de aquí" a un ex amigo suyo, quien a la postre se convertiría en uno de mis mejores aliados en esos feudos azules, pero yo le contesté a ése, el primer jefe que tuve en mi vida, si me quiere correr no es necesario que te mande a ti como emisario, si él me lo dice de frente yo me voy de inmediato, pero lo único malo de estos periodistas de nueva generación, que se creen lo que no son, porque no tienen lecturas suficientes, ni mundo recorrido, ejercen el periodismo de intriga palaciega y lambisconería rampante, yo soy de viejo cuño, aprendí otras mañas, y es que, antes, muy antes, no digo, no, que no hubiera periodistas que no tomaran dinero por algunos favorcillos editoriales, supongo que si los había, pero era de otro modo, es decir, recibían prebendas y canonjias, pero no de una manera tan descarada, ahora, de plano, no existe uno solo en Nuevo Laredo, que no reciba un sobre con determinada cantidad, en fin, que este tema ya lo he abordado varias veces, y podría parecer repetitivo, sino fuera porque con el
Caso Aristegui, lo de la libertad de prensa, de nuevo se ha puesto de moda en las redes sociales y en todos lados, resulta que, Carmen ha dicho en una entrevista que lo de Joaquin Vargas no fue una exigencia grosera, sino más bien, una solicitud de comprensión para no transmitirlo en el noticiero MVS, con esto, la periodista se refiere al reportaje de investigación acerca de la Casa Blanca de don Enrique Peña Nieto y su esposa Angélica Rivera, y es que, el documento se publicó el nueve de noviembre en el portal Aristegui Noticias y al día siguiente en MVS, los implicados en el caso, es decir, de lo que se acusa a los empleados Daniel Lizarraga e Irving Huerta, que usaron indebidamente el nombre y el prestigio de la empresa de la familia Vargas, es un asunto menor, que según dichos de Carmen, se podía haber arreglado en media hora y con una taza de café de por medio, pero de este asunto les conentaré en la columna de mañana...

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