A pesar de que nuestra parroquia de Guadalupe, no está
abriendo temprano sus puertas, los fieles a la morenita del Tepeyac, siguen
haciendo sus sentidas visitas al templo local, siempre he considerado, que, si
los antiguos aseguraban que todos los caminos conducían a Roma, en México,
todas las peregrinaciones llevan a Guadalupe, de hecho, en nuestro país, en el
seno de cada hogar, hay una Lupita en su honor, la devoción a la advocación
mexicana de la madre de Dios, es tan grande, que gracias a sus buenos oficios
celestiales, nuestra raza cósmica no se ha extinguido del todo… “no ha hecho
igual por ninguna otra nación”, ese es el eslogan que la distingue, pero no
sólo es una frase en letra muerta, sino la dulce promesa de una amorosa protectora
de las almas de sus bronceados hijos, su santuario, es, como lo podré decir,
queridos lectores, sin que me quede corto ante la belleza de la tilma en la que
se plasmó su imagen hace cientos años, es un sagrario espiritual, en el sentido
más estricto de la palabra, para los católicos que no saben su significado, les
diré, que es el sitio más sagrado de un templo, es decir, en donde se guarda lo
más valioso, en este caso, y perdonen mi católica cursilería, lo más precioso
que tenemos los mexicanos todos, es a nuestra santísima María de Guadalupe, que
tiene varios títulos y distinciones: patrona de la ciudad de México (1737),
patrona de los ciudadanos de la ciudad de Ponce, en Puerto Rico (1757), patrona
de la Nueva España (1746) Patronato reconocido por Roma en el año de 1754 a
través del Papa Benedicto XIV, Coronación Pontificia de la Virgen de Guadalupe
(12-oct-1895), patrona de América Latina (1945), patrona de los estudiantes del
Perú (1951), por el papa Pío XII, reina de México y emperatriz de América
(2000), por el papa Juan Pablo II., Nuestra Señora de Guadalupe es también la
patrona de una Parroquia en Río Claro, Golfito, Puntarenas, Costa Rica, en la
Diócesis de San Isidro del General., hoy es el mero día de la celebración de
nuestra Lupita, y hay que ir al templo a agradecerle los favores recibidos, en
mi sacrosanto hogar, la veneramos con tal agrado, que tenemos más imágenes y
figuras de bulto que cualquier iglesia del globero pueblo, pero hay una que es
mi favorita, la que está en el altar en donde reposa el inmarcesible recuerdo
de doña Juanita Alonso la reina de mi corazón y dueña de mi vida, porque está
coronada con trece rosas de castilla que le dan un halo glorioso, en fin,
ustedes saben mejor que nadie, que no soy fan de Televisa, incluso, odio toda
su chabacana programación, pero particularmente a sus dizque periodistas
huleros que se peinan de raya en medio con chingos de gel, pero tengo que
reconocer que la transmisión de Las Mañanitas a la virgen, es una chulada, y no
tanto por sus artistas, que esos, son flores de un día, sino porque le otorgan
la debida importancia que merece la virgencita, además, no dan margen a las
falsedades que se han dicho acerca de la autenticidad del ayate, ese tal Guillermo
Schulenburg, o como se diga, que en una época, fue el abad de la basílica, el
muy jijo, declaró en la revista Ixthus que la aparición: “fue un símbolo, no
una realidad”, en fin, no quiero ser más guadalupano que Juan Diego, pero da
harto encabronamiento que estos extranjeros curas alzados que se sirvieron de
nuestro país, que comieron de nuestras católicas limosnas, sean tan
desagradecidos, eso, aquí y en China (Nuevo León), es morder la mano que te da
de comer, ya no quiero enojarme, mejor, juntos, ustedes y yo, asiduos fans, y
el vecino también, cantemos las tradicionales mañanitas a Nuestra Señora de
Guadalupe, a la que tantos milagros le debo, madre mía, dígnate a mirarme con
esos tus ojos buenos y misericordiosos, bendita seas por siempre y muy llena de
gracia, virgencita chula, no me dejes de tu mano… nunca, nunca, nunca. Amén. P.
D: Queremos pastel, pastel, pastel. Mordida, mordida, mordida.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario