No todos los políticos son iguales, eso me queda muy claro, pero hay unos peores que otros, casi todos prometen lo que saben nunca podrán cumplir, Fox, en su época aseguró que en quince minutos él solucionaría el conflicto de Chiapas con el subcomandante Marcos, más tarde Calderón, luego de denunciar públicamente a su adversario Andrés Manuel López Obrador como: “un peligro para México”, prometió que sería: “el presidente del empleo”, cada diputado que entra a acomodarse en su curul, durante su campaña arengan siempre en pro de los derechos de los ciudadanos y terminan por servirse del puesto legislando a su favor, claro que no estoy descubriendo el agua tibia, si ya se sabe que esto es más viejo que la roña, pero entrando en amplios terrenos de lo internacional diré que al único político que realmente respeto es al inmenso paladín de los derechos humanos llamado Nelson Mandela que al erigirse en defensor de la igualdad de los negros africanos logró lo que pocos han conseguido sin necesidad de apoderarse de las arcas de ningún erario, claro que debe tener pecadillos mundanos, si ya lo dice la grandiosa santa mística Teresa de Ávila que nada de lo humano nos es ajeno, pero gracias a su trabajo contra el discriminatorio apartheid, sus compatriotas lograron su emancipación y ahora gozan de la libertad que les correspondía.
Nelson Mandela ha recibido cientos de premios internacionales, el más importante es el Nobel de la paz, y al leer su biografía, me conmueve el hecho de que haya renunciado a su propia vida para comprometerse ante los demás y defenderlos de los que deseaban seguir tratándolos como seres humanos de ínfima categoría, ahora, con lo que está pasando alrededor del mundo, incluyendo a nuestro país, es urgente que aparezca uno de estos titanes con la fuerza de un minotauro y la heroica paciencia del santo Job para aniquilar a toda esta bola de masiosares que quieren acabar con México, pero también para que haga algo con lo que está ocurriendo en el estado de Arizona con tantos mexicanos perseguidos por las autoridades migratorias que quieren regresar a la época fascista para desaparecer de su territorio a los “frijoleros” que tanto odian pero que tanto necesitan, lo que realmente les gustaría es tenerlos como esclavos sin derecho siquiera a voltear a verlos, porque los consideran inferiores, lo único malo es que en los tiempos que corren no se vislumbra cuándo y dónde aparecerá un Adalid de esa categoría. Oremos. Enseguida un chiste buenísimo que no solucionará nada, pero, por lo menos, nos ayudará a endulzar nuestro ánimo.
El ingeniero ordenó a su perro: ¡Escalímetro, muestra tus habilidades! El perro agarró un martillo, unas tablas y se armó él solo una perrera. Todos admitieron que era increíble. El contador dijo que su perro podía hacer algo mejor: “¡Cash Flow, muestra tus habilidades!” El perro fue a la cocina, volvió con 24 galletas y las dividió en 8 pilas de 3 galletitas cada una. Todos admitieron que era genial.
El químico dijo que su perro podía hacer algo aún mejor: “¡Óxido, muestra tus habilidades!” Óxido caminó hasta el refrigerador, tomó un litro de leche, peló un plátano, usó la licuadora y se hizo un batido. Todos aceptaron que era impresionante. El informático sabía que podía ganarles a todos: “¡Megabyte, hazlo!” Megabyte atravesó el cuarto, encendió la computadora, controló si tenía virus, mejoró el sistema operativo, mandó un e-mail e instaló un juego excelente. Todos sabían que esto era muy difícil de superar.
Miraron “de reojo” al diputado y le dijeron: Y su perro, ¿qué puede hacer...? El político llamó a su perro y dijo: “¡Huevón, muestra tus habilidades!” Huevón se paró de un salto, se comió las galletas, se tomó el licuado, borró todos los archivos de la computadora, armó pelea con los otros cuatro perros, se robó la perrera y alegó inmunidad, porque tenía fuero.
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