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domingo, 30 de enero de 2011

Revolución de las redes sociales

Digan lo que digan los nostalgiosos de otras épocas, los clásicos medios difusores de noticias tal como se conocen en la actualidad, muy pronto serán cosa del pasado, así que los que se sentían muy chichos con sus obsoletos instrumentos, es momento de que se vayan despidiendo de sus fementidos órganos informativos, porque Twitter y Facebook los han desplazado con una mano en la cintura, y es que, miren ustedes, queridos lectores, las abrumadoras cifras que se suman por miles de millones de usuarios alrededor del mundo, y conste que no estoy contando a mi prima Robustiana porque se le quemó su computadora que sacó en Elektra en abonos fáciles y pagos difíciles, son tan aplastantes que no hay manera de soslayar el irrefutable hecho de que el internet y sus distintas redes sociales que están tan de moda, es lo que sustituirá a los integrantes del desmenuzado cuarto poder, y no digo, no, que alguno que otro no se salve, sobre todo, los que vendidos a los políticos filtran cualquier nota pedorra con ganas de que se convierta en una bola de nieve que promueva una nueva revolución mediática, pero no me refiero a que sean dignos de credibilidad, sino a que son parte de una escenografía fársica que es necesaria para demostrar que cada quien quiere llevar agua a sus molinos financieros para acrecentar sus cuentas bancarias, porque ni modo que estos buenos para nada, pudieran atreverse a declarar que aman a México por encima de todas las cosas, precisamente por toda esta runfla de periodistas, los ciudadanos de a pie, han tenido que valerse de sus propios medios para comunicarse sin necesidad de intermediarios, tan fácil, tan confiable y tan barata ha resultado la nueva manera de obtener información, que lo que ocurre en Veracruz, en Chiapas, en Egipto, en Venezuela o en Perros Bravos, Nuevo León, se conoce de primera mano, de los testigos presenciales de los hechos en el mismo instante en que ocurren, como es natural, hay uno que otro cabrón que pudiera aprovecharse de la andanada de noticias, para meter un buscapiés, pero esos malandracos los hay hasta en el oficioso oficio del periodismo profesional, por ejemplo, durante la rebelión de Egipto para tratar de derrocar al tirano Mubarak, lo primero que hizo el gobierno, fue cancelar la afluente de internet y los mensajes sms de telefonía celular, pero aún así, han circulado imágenes de la situación, lo que este dictador no previó es que hay tantos modos de subir la información, que aunque tiraran todas las antenas del país, no podrían amordazar a todos los habitantes, además, hay tantas maneras de hacerlo, que con un aparatito se puede irradiar la señal para subirlas a youtube, y en un click se entere todo el mundo, francamente yo no sé ni de qué manera se las ingenian los expertos en sistemas computacionales o los ociosos muchachos que con paciencia y moviéndole a todo, logran sus propósitos de acomodar un chip en medio de los flujos constantes de transmisión del servicio en la súper carretera mundial de la información, incluso, se dice que, las movilizaciones que obligaron a la renuncia del presidente Zine al Abidine Ben Alí, fueron organizadas a través de las redes sociales, en Túnez se abrieron perfiles en Facebook que sumaron miles de seguidores y en Twitter se creó el hashtag #sidibouzid para informar sobre las protestas, los videos de los jóvenes enfrentándose a la policía fueron subidos a YouTube a pesar de que desde 2007 el sitio fue bloqueado por el gobierno. Cientos de blogs fueron cerrados, como el de Lina Ben Mheni, uno de los más leídos. La estrategia del gobierno fue utilizar un grupo de hackers para atacar las cuentas y robar sus contraseñas; en respuesta, el grupo Anonymous -que organizó la defensa de WikiLeaks en Internet- emprendió una campaña contra las páginas del gobierno hasta que logró deshabilitarlas, cómo se puede ver, asiduos fans, no hay peor ciego que el que no tiene internet. Ya dije.

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