Ya estoy como los aboneros de la Casa Támez… no doy crédito a lo que quiere hacer Sabrina Sabrok, y miren ustedes, queridos lectores, que tampoco es que yo sea uno de esos viejillos asustadizos, que comen santos y cagan diablos, pero es que esta argentina avecindada en México, va a hacer una gira del adiós a sus chichis de vaca suiza, no digo, no, que sea del todo un ser aberrante, pero díganme si no tengo razón al decir que, esta mujer, cuyos únicos talentos le pesan varios kilos cada una, todavía se dé el valor de decir ante asombrados propios y extrañados extraños, que se irá a recorrer cada ciudad, como lo que es, una vulgar bataclana para que todos se despidan de sus enormes tetas de perra recién parida, o sea no hay que ofender a Dios de esa manera, que mejor se retire a sus habitaciones para caer de rodillas ante el Creador para pedirle perdón por haberlo insultado en su tarea de escultor magnífico, en lugar de irse por México y los Estados Unidos a que sus fanáticos, que debe tener en grandes cantidades, la admiren como si fuera una de esas reses de Exposición Ganadera.
No sé si tengan fresco en la memoria, asiduos fans, que hace años, la propia seudo artista, anduvo presumiendo sus enormes atributos en todas las revistas y programas de espectáculos que le dieron espacio, declarando que quería romper el record mundial Guinnes, así que empezó a operarse una y otra vez hasta que las descomunales tetas le pesaron más de siete kilos, no conforme con ese atentado al pudor, se prestó para un programa en TeleHit, un canal filial de Televisa, en el que demostraba sus dotes lésbicas y sadomasoquistas, aunque no duró mucho tiempo al aire, por obvias razones, quienes tuvieron ocasión de asomarse, luego de vencer su natural repulsión, se asombraron al percatarse de que la vergüenza, la moral y las buenas costumbres, se habían diluido en ese amasijo nocturno de poses erotizadas y actitudes francamente altaneras ante las cámaras de los regocijados empleados que, sin duda, fueron los que más gozaron de las marranadas de esta que no es ni vedete, ni actriz, ni cantante, sino un híbrido raro que no hay manera de definir a ciencia cierta, que fácilmente podría ser portada de una de esas revistas de Lo Insólito, Alarma o El Alacrán.
No tengo la menor idea de cuánto dinero cobrará la entrada, ni siquiera si hará una obra de teatro o uno de esos vodeviles en los que se mezclan bailarinas llenas de plumas con jotitos contoneándose al ritmo de alguna de esas melodías de tachún tachún, pero el chiste de estos anuncios a los medios difusores noticias, es generar tal confusión que aunque Sabrina no haga nada en el escenario, ni presente un show de ningún tipo, que al rato, cualquier productor o empresario, le ofrezca una buena cantidad de dinero para que haga uno de esos mentados realitys o, por lo menos, un reportaje pagado para presentar el momento exacto en que le corten el pellejo y le retiren las prótesis que le dan volumen a esa parte de su generosa anatomía.
Cualquiera que sea el caso, saldrá ganona la tal Sabrina, primero, porque esas esperpentosas chiches, ya le están perjudicando su salud, porque no hay una espalda que sea capaz de soportar tan desorbitado peso por más tiempo, además, alguno de esos encargados de producir las revistas o programillas de quinta categoría, de seguro le podrá pagar las cirugías con tal de vender morbo a los espectadores, que eso es lo que ha estado de moda desde hace mucho tiempo, pero me queda la duda de lo qué hará con los implantes, los irá a poner de topes en alguna escuela, en fin, que después de esto, no hay ni siquiera nada más que agregar al respecto, sólo que en este mundo del showbisnes, las payasadas de esta vieja chichona buena para nada, son las notas de ocho columnas que venden más ejemplares en todo el país. Ya dije.
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