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domingo, 23 de enero de 2011

México Pirata

Faltaba más, faltaba menos; México, Lindo y Corrupto es el líder mundial de más descargas ilegales de música en el ámbito digital, pero en ese campo del internet, es tan fácil robar álbumes completos de cualquier artista, como quitarle un dulce a un niño, ya que existen miles de sitios en los que se suben canciones para que los usuarios de la red las tomen cuando se les hinchen las ganas.
Yo, aunque me digan ratero, prefiero obtener música gratis a tener que darles dinero a los codiciosos productores de discos que por décadas se estuvieron hinchando de dinero a costillas de los pobres consumidores que no tenían otra alternativa que comprar al precio que fuera con tal de escuchar en cualquier momento en que se les antojara, la melodía de su predilección.
En nuestro país hay millones de puestos ambulantes en los que se venden todos los productos que a uno se le antoje, claro que en copias chafas que valen dos pesos, el otro día, sólo por mera curiosidad fui al Mol de Los Rieles, ese que está allá muy al poniente del globero pueblo, y me llevé una gran sorpresa, tienen de todo como en botica, igual discos compactos de música, de películas y de programas de televisión, también un surtido completo de ropa de todas las marcas, bolsas, lentes para el sol, estuches de maquillajes, perfumes, zapatos y cualquier otra cantidad de chucherías.
A mí, nunca me dio la impresión de que siendo como son, comerciantes ambulantes que ofrecen al mejor postor, sus productos apócrifos, es decir, que no son los auténticos tanto en calidad como en su procedencia de origen, se escondan de las autoridades encargadas de la vigilancia de los derechos reservados de las grandes compañías manufactureras, al contrario, se les percibe una absoluta confianza ante los posibles compradores que una y otra vez, les preguntan los precios de sus mercaderías.
Los “pulgueros” sin más educación que la que adquieren en la universidad de la calle, ganan tanto dinero como un profesionista que se quemó las pestañas, y no digo, no, que no se lo merezcan, pero partamos de la rotunda realidad, que en realidad son personas que venden la ilusión a los pretenciosos, tanto ricos como jodidos, de que pueden, a un costo irrisorio, colgarse un bolso Chanel, una loción Carolina Herrera o unas gafas Ray Ban para presumir, lo que, claramente, si quisieran adquirirlo en un establecimiento de lujo, no podría comprar, aunque esa fuera su intención.
No es mi caso, a mi me gusta comprar en Joe Brand, aunque en esa tienda, los empleados te traten con la displicencia suficiente como si con sus salarios, por encimita del mínimo texano, pudieran gastarse lo mismo que los clientes, pero esos gatos de ángora, son como las criadas respondonas, uno les habla fuerte y agachan los cuernos, lo mejor de todo, es que casi nunca pago de mi bolsillo, que no me alcanzarían diez quincenas juntas para disfrutar de la seda italiana de una buena corbata, gracias al Dios de Israel que tengo amistades generosas que me consienten con toda su generosidad.
Los productos piratas, tal vez no cuenten con la mayor calidad, pero producen la impresión a los afrentosos, de que lucen muy “nais” con sus chucherías, lo que casi nadie se da cuenta, es que jamás, una señora prieta, gorda, chaparra y cabezona con tipo de veracuzchanga, podrá lucir unos zapatos Prada en el camión Reservas Territoriales, ya que si pudiera pagar los miles que cuestan los originales, no andaría trepada en el transporte colectivo, mejor se compraría un carrazo último modelo, espero que mis lectoras aficionadas a la compra de piratería fashion, no se vayan a ofender por la presente columna, que al cabo, tampoco es desdoro andar de presumidas con poquito dinero, si mejor lo pueden ahorrar para comprarles las caguamas a los baquetones de sus maridos. P.D: Esta Guillotina es la original, no acepten copias piratas. Ya dije.

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