En nuestro idioma hay palabras en peligro de extinción, y es que con eso de que casi todos los pudorosos temen a las palabras mal sonantes, sobre todo en el argot político, que cambian su significado por otro que no ofenda las buenas costumbres, o de plano, oculte lo que quieren decir en la realidad, ya se sabe, por citar nada más algunas “joyitas” del argot actual: “los que menos tienen” o sea los jodidos, “adultos en plenitud”, “tercera edad”, o una muy mamona, que gracias a san Expedito ya cayó en desuso: “nuestras cabecitas blancas”, y todas esas lindezas para decir: anciano, o sea, lo dicen de todas maneras, pero nunca como debe ser, además lo hacen de una forma despiadada, amén de cursi, lo peor del caso es que la gente se acostumbra a decirlo así, por suerte mi abuelo Pancho murió antes de que todos estos bárbaros nacos politiquillos destrozaran nuestro idioma y lo distorsionaran con sus sonsonetes de retrasados mentales con amanerados discursos fiambres que nunca dicen nada o siempre dicen lo mismo quesque el progreso, la democracia y la verdad es que hay puro retroceso y la democracia es una mentira.
Pues me encontré un sitio web en el que algunos estudiosos preocupados por nuestro idioma, han dispuesto una ristra de palabras que se están perdiendo por el desuso, pero no solamente en México sino en toda la población que habla castellano, una de esas es: “bochinche” que significa tumulto, barullo, y francamente esta es la primera vez que la leo, y hay muchas más, que seguramente son igual de raras en nuestra lengua, pero el vocablo me llamó la atención porque la gente lo ha defendido con vehemencia para que no desaparezca de nuestro idioma y que se vuelva a usar como antes, pero no les he comentado, queridos lectores, que este esfuerzo cibernético en defensa de las palabras a punto de morir, ha lanzado dicha convocatoria con un título por demás original: “Apadrina una palabra en vías de extinción” y cada padrino elige una, pero como requisito deben mandar un párrafo de qué manera la han usado y las razones por las cuáles la defienden, por ejemplo: Milagros Alonso Cortavitarte (España) Sus razones son: Esta palabra, aunque parezca increíble, es muy utilizada en mi casa. Sobre todo desde hace poco más de seis años, que construyeron muy cerca de mi casa una urbanización espantosa que mi padre bautizó como "el bochinche". Y así la seguimos llamando nosotros y todos nuestros amigos.
Como Bochinche, existen otras palabras que nadie usa, y es que aquí en Nuevo Laredo, poca gente usa las palabras adecuadas, porque el uso de su español es muy limitado, hay algunos paisanos que no saben ni siquiera lo que es un sinónimo o como mi hermana Nena que confunde las palabras, claro que ella porque vivió muchos años en Estados Unidos y se le cuatrapea el inglés con el español, y no que sea gabacha, pero es que tiene algo desconectado en el cerebro que le impide relacionar una palabra con otra, aunque hay otras personas que hablan con todo el idioma y a esas casi nadie les entiende, al menos no en nuestro globero pueblo donde muchos apenas cursaron la primaria en la Chano Chavarría y pues tampoco ninguna culpa tienen de que su español sea muy pobre, si no todos tuvimos la suerte de tener buenos profesores de español, que de esos ha habido muy pocos en Nuevo Laredo y todos ya están gozando de la presencia de Dios en el cielo, lo malo es que ninguno de sus alumnos salieron duchos para aprenderles algo.
Yo no soy bueno para escribir, no conozco muchas palabras, eso cualquiera de ustedes lo puede corroborar al asomarse a esta sencilla columna, si tampoco me ciega el amor propio, he tratado, eso sí, de que se me entienda, pero disto mucho de ser un buen ejemplo para el correcto uso del idioma, luego les doy la dirección electrónica del sitio en cuestión para que apadrinen una palabra moribunda y que la levanten a vivir nuevamente entre nosotros. Ya dije.
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