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jueves, 29 de julio de 2010

Los toros

Lo siento mucho, si mi comentario ofende las buenas costumbres de algunos de ustedes, queridos lectores, pero ahora resulta que en la cuna de la fiesta de los toros, han prohibido las corridas, claro que como en todos los ámbitos de la vida, hay quienes se oponen a la realización y otros, que lo consideran un arte, yo, como siempre lo he manifestado, soy taurófilo de hueso colorado, aunque aquí en Laredo no voy tanto a la plaza como lo hacía cuando radicaba en el D. F, y es que en el globero pueblo, pues cada encierro es más bien una especie de show para las familias que acuden en manadas a presenciar la fiesta, que como quiera que sea, mal que bien, es un espectáculo para que lo disfruten los turistas y los nostalgiosos aficionados que no se pueden dar el lujo de viajar para estar presentes en corridas de a deveras, claro que no menosprecio el esfuerzo local, si hasta un día estuve en una cena que ofreció el ayuntamiento local para celebrar el inicio de una temporada, además siempre es loable el interés de llevarlas a cabo con tan buen ánimo, pero ese no es el tema de mi columna de hoy, es decir, si se trata de hablar de los toros, pero no los de la Lauro Luis Longoria, sino a la prohibición para siempre de la fiesta en Cataluña que eso si es nota de ocho en todo el mundo, y es que, resulta que los legisladores catalanes aprobaron, con 68 votos a favor, 55 en contra y 9 abstenciones, la ampliación de la ley catalana de protección de los animales para prohibir las corridas de toros. El Parlamento catalán decidió aprobar esta Iniciativa Legislativa Popular, avalada por 180,000 firmas y presentada en julio de 2009 por los opositores a la tauromaquia, convirtiéndose en la segunda región española que prohíbe la Fiesta después que en 1991 ya lo hicieran las islas Canarias.
Lo que es del todo absurdo, es que prohíban las corridas de toros, si tampoco es como si les dieran mazazos en la cabeza a los animales, estos defensores de la especie, son de doble moral, ya que compran jeans de marca, a pesar de que saben que los productores de las prendas les pagan 5 centavos de dólar a los obreros, y eso si no les parece inhumano, que gracias a su esfuerzo de pagar los precios estratosféricos de las prendas, contribuyen a la esclavitud de estos pobres trabajadores que son tratados con las peores vejaciones por sus patrones que cada día que pasa se vuelven más ricos a costa de la salud de los miserables seres humanos que prestan su mano de obra a estos negreros que son peores que un dirigente sindical en un desfile del primero de mayo.
Yo me acuerdo que cuando acudía a La México, afuera de la plaza había varias decenas de personas mentando la madre a todos los que entrábamos, como si ellos fueran dueños de la verdad, y nosotros, los aficionados valiéramos menos que sus buenas mercedes, tan solo por nuestros gustos, incluso había ocasiones que llegaban a los manoteos y a gritos de asesinos seguían con sus arengas contra los presentes en el monumental coso de insurgentes, pero en nuestro país no se ha llegado a semejante arbitrariedad de prohibir las corridas, porque atentaría contra la prerrogativa que nos asiste a los taurinos de disfrutar de nuestra fiesta, ya sé, si tampoco soy de cabeza tan dura para no entender que para algunos puede resultar grotesco y ofensivo, pero el mismo derecho que tienen los defensores de oponerse a la fiesta, lo tenemos los aficionados de que continúen, al fin y al cabo, estamos en un mundo en el que el respeto debe ser una moneda de curso y siempre de ida y vuelta para que sea justo el trueque.
Pues ni hablar, el parlamento catalán prohibió las corridas de toros en esa próspera región del nordeste de España a partir de 2012, ojalá que no cunda el ejemplo y que la horda de defensores de los animales no vaya a querer hacer campaña para que se prohíban en nuestro país, mejor deberían de hacer caso al lema de mi tía Cornelia, que era de cascos muy ligeros, cuando alguien le preguntaba que porque razón engañaba a su marido, ella, en su defensa, decía: “Un hombre sin cuernos es un animal indefenso”. Ya dije.

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