Yo siempre lo he tenido muy claro, no me voy a quedar a vivir aquí para siempre, y no que no ame a mi terruño natal, si tengo enterrado el ombligo en este solar fronterizo, pero a como van las cosas, en menos tiempo de lo que todos creemos, esto será un pueblo fantasma como tantos otros que hay por estos rumbos, no quiero sonar a ave de mal agüero, pero ya no hay para donde hacerse, si damos un paso más nos precipitaremos al vacío, espero equivocarme, si tampoco es que yo quiera tener la razón, pero lo que se vislumbra en el horizonte es más de lo mismo, lo peor es que nadie pone remedio a los asuntos que han afectado las vidas cotidianas de todos los paisanos.
Antes, muy antes, eran situaciones que se podían manejar, pero de un tiempo a la fecha todo mundo vive al día, no hay suficientes empleos para nadie, lo peor del asunto es que parece que la situación no va a mejorar, al menos no durante este año, y es que el éxodo de veracruzanos y centroamericanos de sus tierras tratando de cruzarse para el otro lado, han desquiciado nuestras ya de por si disminuidas ofertas de trabajo, y no digo, no, que se regresen por donde vinieron, si son gente muy chambeadora, que aquí hay mucha tierra donde acomodarse, además han llegado a enriquecer con sus sueños nuestros deteriorada fe en la humanidad, porque ellos han venido buscando sosiego a su alma y un pan para los suyos, nada más válido que su afán de supervivencia para respetarlos y aceptar que ya forman parte de nuestro paisaje, naturalmente que siendo Nuevo Laredo una ciudad en la que confluyen toda clase de personas no es extraño que elijan nuestra tierra para asentarse, y es que, no porque sea mi pueblo tan amado, pero en ninguna parte estarían mejor, siendo como somos, una especie de tribu con raíces arraigadas los acogemos con calidez norteña, sin envidias ni rencores, tal vez por ello, transitan con su natural alegría por estas calles tan familiares para nosotros y que ellos no sienten inhóspitas, a pesar de la atmosfera erizada de violencia que existe.
Lo malo es que no hay suficiente trabajo ni para los propios, menos para los que llegan, pero ya se sabe lo que dice el dicho: “donde comen dos, comen tres”, y con eso de que no llegan solos sino con su prole completa, bueno, acarrean hasta con el perico malhablado, entonces es más difícil que todos coman, pero aún así, como Dios les da a entender se hacen de vivir, a veces ponen sus tenderetes de ropa usada, sus puestos de comida típica o sus artesanías, y de esos insólitos comercios se han llenado casi todos los barrios, pero no nada más de los emigrados, sino hasta de los propios, que con el afán de ganarse unos centavos improvisan negocios en las galerías o en las banquetas de sus casas, ojalá que pronto se termine esta época de vacas flacas, lo bueno es que con eso de las voraginosas campañas electorales, hubo regalitos para todos, claro que entre la camisetita, los vasos, las plumas, las libretitas, las gorras y las tortas y el refresco que daban en cada mitin, pues, por lo menos dos meses no la pasaron tan mal, aquí en la plaza Miada hubo varios eventos de esos, si yo, que ni fui a ninguno tengo souvenirs, claro que alcanzaba a escuchar las cumbias nacas de los sonideros y como ya se sabe, que durante el enamoramiento de los candidatos a los ciudadanos, pues son puras promesas, aunque ya que llegan al poder, son puras excusas, a mí, cuando andaban estos buenos para nada con sus mensajes de siempre de que ahora si volveremos a amarrar a los perros con longaniza me daban ganas de salir corriendo de mi bunker para pedirles que nos pusieran los baños y que quitaran esos nogales mustios que de aquí a que den sombra gorda, pasarán mínimo diez años, a ver si con esta nueva administración nos hacen esa caridad y nos trasplantan aunque sea unos huizaches pero ya frondosos, bueno de perdido unos mezquites, francamente el espacio está tan bonito que es un desperdicio que esté solo todo el día, no sé a quién dirigirme, mejor esperaré a que nombren a los encargados de las dependencias, quien quita y ponen a algún amigo mío en obras públicas, en estos tiempos que corren, cualquiera chifla y come pinole al mismo tiempo.
jueves, 15 de julio de 2010
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