España, Campeón

España es campeón del mundo luego de recorrer un penoso trayecto en el que los cabrones holandeses parecían gladiadores de la lucha libre mexicana, nada más les faltó hacerles la hurracana, el tope en reversa del Rayo de Jalisco y la de a caballo del Hijo del Santo y es que en lugar de cancha de futbol del estadio Soccer City de Johannesburgo debieron haber jugado en la arena Coliseo de la ciudad de México, porque los de la naranja mecánica andaban encendidos de furia contra todo aquel que se les atravesara, lo bueno es que antes de compenetrar al campo se les pasó por el arco detector de metales para que no llevaran una fusca o unos chacos, porque estos lo que andaban buscando era matar a un cristiano, tal vez, en sus venas corrían genes del vasallaje antiguo al que los obligaron los hispanos hace varios siglos, ya que tampoco era normal que los oriundos de los países bajos, conste que no me refiero a la manada de enanitos toreros, anduvieran como la Featriz Paredes cuando se peleó con César Nava que de la muina que pescó le salía espuma verde por los belfos, y es que yo nada más veía como se aventaban patadas voladoras al pecho, zancadillas de dirigentes sindical, machincuepas de triple salto mortal, manita de cuerpo y malacatonche, lo peor del asunto es que el pasmado del flemático árbitro inglés nunca hizo nada para detener la golpiza, la verdad es que cuando vi la patada de Jong a Xavi Alonso me dio tanto coraje que por poco le doy un saltapatrás a mi tía Pomposa que era la que me quedaba más cerca, lo bueno es que me alcanzó a detener mi tía Chole que como siempre está sola pues no le gusta ver líos ajenos.
En el segundo tiempo extra, Inhiesta hizo la hombrada de meter un golazo para poner en su lugar a los holandeses, claro que a la hora del tanto de los españoles yo brinqué de puro gusto, porque no por nada, la mentada furia española tuvo la entereza de soportar tantos golpes y francamente, Iker Casillas les detuvo varios disparos que por poco entraban a la portería española, total que la reina Sofía que ya está bien chincharroncita y tiene cara de sobaco de elefante casi tumba a su primo lejano el rey de Holanda de tanto que saltó, lo bueno es que como no era cosa de protocolo real, pues no llevaba puesta su corona sino hubiera ido a parar a la séptima fila donde estaba Joseph Latter que estaba que se lo llevaba la chifosca al ver el desmadre del arbitraje, claro que a la hora de premiar, como ya se había ido el prócer sudafricano Nelson Mandela, es que estaba haciendo un fríazo de los mil diablos y se tuvo que retirar temprano porque ha estado enfermito no fuera ser la de malas que se agravara su padecimiento, pues el mandamás de la FiFa mafufa se agandalló para entregar todos las medallas y el trofeo Jules Rimet a los nuevos campeones del mundo.
La ceremonia fue muy emotiva, ya que la mayoría de los jugadores españoles andaban como la muñeca fea lloré que lloré por los rincones del estadio, pero estos lloraban de alegría como mi tía Anacleta cuando se le murió la suegra que era más mala que la carne de puerco a medianoche, repuestos del impacto de saberse soberanos del futbol del planeta con la anuencia de Joseph Latter y de los miles de aficionados en el estado, además de los miles de millones de espectadores a nivel mundial que lo disfrutaron a través de la televisión, más tarde todo fue algarabía en el Soccer City con espectaculares fuegos pirotécnicos que otorgaron un magnifico marco a la celebración histórica de que por primera vez España se levantaba con la corona, aunque no es del todo gratuita, si tomamos en cuenta que ocho de los 23 jugadores pertenecen al Barcelona que es el equipo más ganador de toda Europa, así que los gachupines ahorita han de estar celebrando por alegrías y peteneras este grandioso triunfo que a todos nos tiene muy contentos, ya sé que no debo generalizar, pero como la columna la escribo yo, pues puedo poner lo que quiera. ¡Viva España! Y la madre que la parió.