No, no estoy de acuerdo, y es que, la flemática comisión
parlamentaria de la cámara de los comunes, ha tenido la graciosa idea, en el
marco de los festejos para conmemorar los primeros sesenta años en el trono de la
reina Isabel II. de Inglaterra, de hacer el acuse de recibo de una petición oficial
para cambiarle el nombre al emblemático Big Ben, la torre de 96 metros de
altura, de estilo neogótico, ahora deberá ser conocida como: La Torre Chabela,
o sea, es como si a nosotros, en el globero pueblo, Benjamín, auspiciado por su
cabildo, le quisiera cambiar el nombre a la plaza Hidalgo, bueno, también
depende de cómo le quisieran poner, porque en nuestra ciudad existen personajes
nativos que bien merecerían que se les rindiera un permanente homenaje, por
cierto, ahora resulta que a la asociación de tenistas profesionales, le ha
entrado la comezón sexista, ya que, acaba de lanzar una prohibición tajante
para que las mujeres tenistas, como María Sharapova, que grita casi como si le
estuvieran haciendo cosquillas en el yunou, para que le bajen una rayita a sus
decibeles sexosos, francamente, a mí, me parece, que están exagerando, si eso
de los gritos de las sexytenistas son muy llamativos para los varones
espectadores, pero allá ellos, qué hagan lo que se les hinchen las ganas, a
ver, si a los de la arena Cuatro Caminos no se les ocurre prohibirle a La
Pimpinela Escarlata que deje de darles besos a sus adversarios, el que anda muy
indignado, y no es por negarle mi apoyo, al farsante periodista Carlos Marín,
que se ha quejado de que los fanáticos de López Obrador, le dijeron de cosas y
le lanzaron escupitajos, no, no estoy de acuerdo, en que, se arreglen las
diferencias ideológicas a chingadazos, pero es que Marín, que no tiene las luces
que presume, digo, no es la reencarnación de don José Pagés Llergo, ha dicho
unas cosas del Peje, que tendría que repetirlas ante notario público, está
bien, si yo tampoco me hago de la vista gorda, el amoroso mesías tabasqueño,
también ha tenido sus socarronerías con varios reporteros, pero Marín se
refugia en el fuero del otrora cuarto poder, que en muchos casos, ya no existe,
porque ahora el verdadero poder reside en las redes sociales, es cierto, que de
pronto, los usuarios se vuelven agresivos, pero sigue siendo el mejor sitio
para dar rienda suelta a las protestas o propuestas de cualquier tipo, de
hecho, a través de Twitter, me he enterado de lo que le había sucedido al
periodista comediante de Tercer Grado, y a como se desenvuelve en sus análisis
y puntos de vista, se me hace que no cursó ni el segundo año de primaria,
conste que no quiero hacer leña del árbol caído, pero ví el video, y los
muchachos, le gritaron vendido y una seriede malas razones más, pero no
hubieron golpes, ni empujones, ni zancadillas, así que como dice mi tía Meri
ofde yisus, o sea María de Jesús… “Don´t be Soflamer” o sea que no sea
soflamero ni papelero, que muchas veces, yo lo he escuchado burlarse del dolor
ajeno en sus comentarios estúpidos en el programita de Televisa, diciendo que
no es para tanto tal o cual caso, y como bien dicen, que el que se ríe se
lleva, pues ahora que se aguante, naturalmente que si el asunto hubiese pasado
a mayores, yo hubiera sido el primero en ir al D. F para protestar airadamente
por ese abuso contra el pobre viejito burlón, nomás porque ya se me está terminando
el espacio, sino, les platicaba de la mala jugada que Marín le hizo a Federico Arreola,
el periodista regiomontano, al que sigo en Twitter y me sigue a mi también,
editor del sitio SDPNoticias, en fin, les recuerdo que tienen que cumplir con
acudir a votar, no importa al que hayan elegido, pero vayan acompañados por sus
parientes para ejercer su derecho al voto, que es el mismo tiempo una
responsabilidad, ya que, son seis años en que nos tiene que ir bien a todos, o
a la mayoría.
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