Yo, a pesar, de que soy un líder natural en Twitter y de que
cuento con miles de seguidores, en jamás de los jamases, he entrado a eso que
los especialistas han dado en llamar Bullying político, pero confieso ante Dios
todo poderoso y ante ustedes hermanos lectores, que he pecado mucho de
pensamiento, palabra y omisión tuitera, les explico, resulta que, poco antes de
que dieran inicio las hostilidades electorales, se me ocurrió, por esas cosas raras,
tan absurdas de la vida, publicar tuits a favor o en contra de los
contendientes, pero los panistas, que además de mochos, persinados y
asustadizos, son intolerantes, me empezaron a mentar la madre en diversos
tonos, eso sí, con mucho comedimiento y tersura, ya que, como son católicos, no
son capaces de emitir improperios que puedan faltar a las buenas costumbres u
ofender al espíritu santo, así que, en viendo, que no era una buena idea lanzar
dardos envenenados en contra de los azules, ni de los amarillos, ni de los
tricolores, preferí maniatarme, y no, no que sea temeroso de ejercer mi
libertad y el derecho que me asiste a expresarme, pero las mentadas también
duelen, cuando empecé a recibir tantas maldiciones en mi TimeLine de parte de
las viudas de Gómez Morín, entendí que, los de la derecha, estaban empezando a
sentir la puntita del Aisberg, por ello, su desesperación al notar que no
podían, no pueden, ni podrán, (perdonen ustedes la conjugación) acallar las
voces de los millones de tuiteros mexicanos, no quiero ser exagerado, pero me
dieron 200 unfolous, y esa cantidad, respecto a mi personalidad tan atrayente
en la red social de moda, es casi inadmisible, no digo, no, que sea monedita de
oro pa’caerle bien a todos, que un hombre guapo, inteligente y simpático como
yo, o cae muy bien, o cae muy mal, por supuesto, que luego de 130 mil tuits
publicados en tres años, de estar colocado en el Top5 de los tuiteros más
populares de América Latina y en 2010 ser considerado como el top50 de los más
recomendados en el ranking mexicano del #FollowFriday, he acarreado muchas
aguas a mis molinos, pero en esta última etapa de la campaña presidencial, he
decidido que haré uso de mi liderazgo tuitero, y publicaré a favor o en contra
de quien me dé mi chingada gana, faltaba más, faltaba menos, no haré, como
dicen los políticos mamones… “descalificaciones”, que esa palabra ni siquiera
dice lo que ellos quieren decir, pero como nuestros vernáculos polacos son
especialistas en los eufemismos, utilizan vocablos que no significan nada, lo
que haré, es darle RT (compartir con mis múltiples seguidores) a los cuatro
candidatos, a unos menos que a otros, a la que le haré menos publicidad es a Josefina
que me cae gorda de por sí, conste que nada me ha hecho, pero su estilo me
recuerda a una señora de aquí del globero pueblo, que se siente muy chingona, y
es conocido por todos, que fue la querida hace muchos años de un poderoso
bandido, el que le dio todo ese dinero para reconstruir el edificio de su
empresa, aunque ahora finja demencia y se dé baños de decencia junto con la
runfla de hijos huevones y pendejos, la gente tiene memoria, pero de ese tema o
hablaré, que su trabajo le ha de haber costado agenciarse a ese mafioso para
los fines que en ese entonces le convenían a ella y a su numerosa prole, digo, y
por algo ha de ser que no la quieran ni sus propios correligionarios, yo he
escuchado comentarios tan desagradables en contra de doña Chepina, que algo han
de tener de cierto quienes dicen que merece lo que le está pasando en su campaña,
por lo pronto, yo sigo a Enrique Aquino, quien es el coordinador de Twitter de
Peña Nieto, y lo bueno que él también me está siguiendo, así que tengo
información de primera mano, en fin, que el Bullying, que en norteño claro y
orondo quiere decir “carrilla” está en todo su apogeo en la red social de moda,
en la cual, me desenvuelvo como pez en el agua, y si, ni modo, le hago fuchi al
Facebook, que se me hace una soberana pendejada de señoras ociosas. Ya dije.
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