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jueves, 21 de junio de 2012

El che obispo enamorado

Antes, muy antes, los curas de medio pelo, los obispos de cierto pelo y los cardenales de terciopelo, tenían sus queveres con guapas mujeres, es más, les otorgo un ejemplo claro de dichas prácticas amorosas, en aquellos tiempos, en que, el clero era todopoderoso, que eran señores de horca, cuchillo e indulgencias plenarias, el Papa Alejandro VI., quien respondía al nombre cristiano de Rodrigo Borja, español de nacencia, cuyo apellido, se tuvo que italianizar, ya que, era asunto de alta traición divina, si en conclave espiritual, los príncipes de la iglesia, elegían a un hombre como Sumo Pontífice, que fuese de otra nacionalidad, por supuesto, que todo fue un tejemaneje de parte de la ambiciosa familia Borgia, cuyos integrantes, fueron ampliamente conocidos en el bajo mundo del hampa clerical, por su desaforada ambición para treparse a los cuernos de la luna, está inscrito en los anales de la historia de la humanidad, que Lucrecia, hija bastarda del Papa renacentista valenciano, mataba por mero entretenimiento a sus amantes que se contaban por docenas, solo porque se fastidiaba de ellos, y como en esa época, los matrimonios, eran alianzas comerciales, pues, los ricos casaban a las hijas guapas en edad de merecer, con personajes de linaje para establecer vínculos empresariales, y Lucrecia, casó con varios de esos millonarios, a los que exprimió hasta la última gota de dinero, de hecho, era tan ruin, cínica, detestable, corrupta y promiscua, que la leyenda negra de su vida, ha servido para innumerables obras literarias, dado que, se le atribuyen también como amantes, a su propio padre el Papa Alejandro VI., y a su hermano César, al que malamente, su padre invistió como Cardenal, así que, gozaba de absoluto poder nepotico, por tanto, entre tanto, algunos historiadores han asegurado que por celos de amante, mató a muchos de sus queridos y a algunos de sus maridos, bueno, pues, si eso pasaba hace muchos años, ahora no es de extrañarse que algunos obispos, anden de picos pardos, rabos verdes y donjuanes enamorando a sus hermosas fieles infieles, bueno, pues todo este cuento antiguo de los Borgia, es nomás el preludio para presentarles, queridos lectores, el viajecito lunamielero que se aventó don Fernando María Bargalló ex responsable de Caritás en Latinoamérica, con una mujer que ha sido identificada como empresaria del ramo gastronómico de la hermana república argentina, pero no se ha develado el nombre, supongo, que los paparazis no tardarán en sacar a la luz pública su verdadera identidad, el cínico prelado, ha declarado, que no se trata de nada pecaminoso, que la está abrazando contra su santísimo pecho, porque la está ayudando a que no se ogue, y que es una amiga de la infancia, éste, está igual que un compadre de mi tío Melitón, que siempre que lo pescaba su vieja abrazado de una piruja, juraba y perjuraba que era una prima que venía de Cadereyta a llevarse unos cabritos para hacerlos en fritada y ofrecerlos en una fiesta de su ahijada Robustiana, el embarrado en estos vergonzantes asuntos sexuales, es obispo de la diócesis de Merlo-Moreno, y como es natural en estos casos, no sólo ha desmentido el hecho de que sea su amiguita sexual, sino que ha enviado un desmentido a los medios mitoteros argentinos, que si en España y en México son escandalosos y papeleros, en la tierra del tango y el churrasco, son re mitoteros, en fin, les aviso, queridos lectores, que a partir de este domingo, y contando, nomás faltan unos cuantos días para que tengamos un nuevo presidente de la república, y al que, no se le ha visto por ningún lado, es a don Norberto Rivera, quien sabe que estará tramando, espero que se haya ido a un retiro espiritual al rancho san Ignacio para orar por el bien de sus fieles ciudadanos, a los que tantas veces, aconsejó para que no votaran por los enemigos de las familias católicas y sus buenas costumbres morales.  

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